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quien quisiese armar camorra o ya hubiese empezado
una pelea. Por qué no hacerse amigos de los más
disipados para llevarlos a confesarse, invitarlos
a hacer una visita a Jesús Sacramentado? Esta era
la caridad que hacía amables a Savio y Besucco.
Echaban el ojo a ciertos compañeros, cuyas almas
querían atraer al Señor, y, unas veces, explicaban
con paciencia los problemas no entendidos en
clase; otras, les prestaban sus guantes al ver que
no podían escribir por el frío; ponían su capa
sobre las espaldas de un compañero poco abrigado;
regalaban una pera, una nuez al que comía pan a
secas... Son naderías, se dirá, que poco cuestan;
sin embargo, con ellas impedían altercados, se
recibían con cariño sus buenos consejos, cesaban
las murmuraciones, se aceptaban bien ((**It7.602**)) los
avisos de quien les pedía la observancia del
reglamento. Naderías, pero más de un joven que de
otro modo se hubiera perdido se salvará gracias a
ellas. íNaderías que revelan almas nobles, bellas,
santas! Si todos imitasen a Savio y Besucco, qué
hermoso paraíso sería el Oratorio. Estoy seguro de
que entonces conseguiría haceros a todos santos,
como es mi deseo.
IV
Deseo que aprendáis a fabricar la miel como la
fabrican las abejas. Sabéis cómo hacen para
producirla? De dos formas principalmente:
1.¦ No la hace cada una por sí misma, sino que
están bajo la dirección de una reina, a la que
obedecen en toda circunstancia; y, además, están
todas unidas y se ayudan mutuamente.
2.¦ La segunda es que van recogiendo de una a
otra parte el jugo de las flores; pero, advertid
que no recogen todo lo que encuentran, sino que
vuelan sobre una flor, se posan sobre otra y toman
de cada una solamente lo que sirve para hacer la
miel.
Vengamos a la aplicación. La miel representa lo
bueno que vosotros hacéis con la piedad, el
estudio y la alegría, porque estas tres cosas os
darán muchas satisfacciones, que serán tan dulces
como la miel. Pero debéis imitar a las abejas.
Primero obedeced a la reina, esto es, al
reglamento y a los superiores. Sin obediencia se
produce el desorden, el descontento y no se hace
nada que valga la pena. En segundo lugar, el estar
todos unidos sirve mucho para fabricar esta miel
de alegría, piedad y estudio. Esta es la ventaja
de vivir en el Oratorio. Al estar muchos juntos,
aumenta la alegría de los recreos, se aleja la
tristeza, siempre que esta fea bruja intentase
penetrar en vuestro corazón. El ser muchos anima
para aguantar las fatigas del estudio y sirve de
estímulo ver el aprovechamiento de los demás: uno
comunica a otro los propios conocimientos, las
propias ideas, y de este modo uno aprende del
otro. El vivir entre muchos que practican el bien,
nos estimula, sin apenas darnos cuenta.
Debéis, pues, imitar a las abejas tomando sólo
lo que es bueno y no lo que es malo. Observe cada
cual en la conducta de sus compañeros lo que
tienen de bueno y luego procure imitarlos. De uno
aprenderá a ser humilde y a no hablar tanto de sí
mismo. De otro que es de los primeros de la clase,
aprenderá a cumplir exactamente los propios
deberes. Si ve a un compañero que es piadoso,
recogido en la iglesia, sigue su buen ejemplo.
Así, uno brillará por su amabilidad, y otro por su
mortificación, éste por una gran prudencia al
hablar, aquél por un candor que no oculta nunca la
verdad; e id discurriendo por este estilo. Pues
bien, diga cada uno resueltamente: quiero hacer
mía aquella virtud.
También se recoge la miel de otro modo. Haced
un cuadernito para anotar vuestros secretos.
Escribid en él los avisos que ((**It7.603**)) os da
el director o el profesor, lo que
(**Es7.511**))
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