((**Es7.493**)
las publicase: don Bosco las leyó y después las
devolvió, diciendo que no las imprimieran, porque
eran patrañas, y que, si no le hacían caso, él se
pondría a escribir en su contra>>.
En 1865, en efecto, se fijaron los nuevos
destinos del Véneto. El núcleo mayor de las sectas
anticristianas estaba hacía algún tiempo en
Berlín. Los gobernantes italianos sabían que el
proyecto de la masonería era destruir o al menos
debilitar a Austria; por consiguiente, esperaban
alcanzar más fácilmente de la amistad prusiana,
Venecia y acaso también Roma. Napoleón III, por
razones secretas, conocía y aprobaba los tratados
comenzados en agosto de 1865 entre Italia y Prusia
para declarar la guerra a Austria.
En octubre iba Bismark a París, donde sostenía
una larguísima conferencia con el ministro Drouyn
de Lhuys y luego se dirigía a Biarritz donde fue
recibido en audiencia por Napoleón. No declaró
nada de estos coloquios. Pero se corrió la voz de
que en Biarritz se hacía por Alemania lo que en
PlombiŠres se había hecho por Italia.
La conclusión de estos tratados daba toda la
razón a las previsiones de don Bosco. En cuanto a
la guerra veremos el 1866; respecto a la peste nos
lo dirá el cólera de 1865, 1866 y 1867. Y en
cuanto al hambre en Italia léanse las dolorosas
crónicas de los periódicos en 1866 y 1867. En 1867
tenemos el centenario del martirio de san Pedro y
de san Pablo, celebrado ((**It7.581**)) en el
Vaticano en presencia de más de quinientos obispos
con el himno de acción de gracias.
Prosigue Ruffino:
<>.
Pero no es éste el señalado por don Bosco.
<<27 de diciembre. Don Bosco dijo por la noche
a todos los jóvenes que quería comenzar dando un
recuerdo para fin de año, pero no el aguinaldo
todavía. Helo aquí. Agesilao, rey de Atenas, fué
un día a visitar una escuela. Al despedirse, le
rogaron los alumnos que les dejase un recuerdo de
su visita. Entonces dijo el Rey:
>>-Procurad aprender aquello de lo que no
tengáis que arrepentiros cuando seáis viejos>>.
<<29 de diciembre. Precisamente hoy llegó al
Oratorio la noticia de la muerte del joven Luis
Prete, natural de Agliano, de veinte años. Estaba
enfermo en su casa desde hacía algún tiempo. Había
pasado a la eternidad el 5 de diciembre. Don Bosco
dijo al anunciar a la comunidad el suceso:
>>-Será Prete aquél cuya muerte os predije? No
digo que sí, ni que no. Sólo os digo que en esta
casa los jóvenes mueren siempre de
(**Es7.493**))
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