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conservar el espíritu y los medios que de acuerdo
con la práctica parecieron más útiles en el
ejercicio del sagrado ministerio, para favorecer a
los muchachos más pobres y abandonados.
Su Excelencia se dignó leerlo y con ligeras
observaciones lo transmitió al canónigo Fissore,
por aquel entonces nuestro Vicario General. Este
lo hizo examinar a personas peritas y conocedoras
de semejantes materias; monseñor Manzini, obispo
de Cúneo, S.E. el cardenal de Angelis se
complacieron también en leerlo y emitir su
prudente opinión, y lo leyeron varios más después.
Cada cual hizo sus advertencias y se tuvieron en
gran consideración, por cuanto hacían el
reglamento más conforme con el espíritu de la
Iglesia, y por cuanto facilitaban la práctica. En
este proyecto tenía la finalidad de realizar un
consejo que S.E. me había dado varias veces y de
llevar a cabo una sugerencia, más aún, todo un
plan de Sociedad, sugerido por Su Santidad
reinante Pío IX.
En la extensión de cada capítulo y sus
artículos he seguido en muchas cosas a otras
sociedades ya aprobadas por la Iglesia con un fin
semejante a éste. Tales fueron, por ejemplo, las
reglas del Instituto Gavanis de Venecia, del
Instituto de la Caridad, de los Somascos y de los
Oblatos de María.
Mi finalidad es la de instituir una Sociedad
que conserve todos los derechos civiles de sus
individuos ante las autoridades gubernativas, a la
par que constituya un verdadero cuerpo moral, o
sea una Sociedad Religiosa ante la Iglesia.
((**It7.564**)) Ahora
bien, considerando que podrían nacer graves
inconvenientes, si la muerte me sorprendiese antes
de que esta Sociedad estuviese aprobada por el
Superior Eclesiástico:
Teniendo en cuenta el experimento de estas
reglas hecho por espacio de quince años, durante
los cuales se pudieron introducir las
modificaciones que, de acuerdo con prudentes
consejos, parecieron oportunas:
Considerando el notable número de socios
inscritos en la misma que llega a sesenta entre
sacerdotes, clérigos y coadjutores:
Teniendo también en cuenta la variada y
abundante mies evangélica que se presenta en esta
Capital, tanto por parte de los muchachos
albergados en esta casa, que suman setecientos,
como por parte de las escuelas diarias y de las
reuniones festivas que se celebran en el Oratorio
de San Francisco de Sales de Valdocco, en el del
Santo Angel Custodio en Vanchiglia, en el de San
Luis en Puerta Nueva y, por tanto, con mayor
necesidad de un vínculo seguro y regular que una
los espíritus y se conserven invariables las
prácticas que pudieron tenerse por más fructíferas
para el bien de las almas:
Teniendo también en cuenta la ocasión en que me
encuentro de una casa nueva que se está preparando
y que, si Dios quiere, se abrirá con su
beneplácito en el próximo mes de octubre en
Mirabello, cerca de Casal-Monferrato:
Por todos estos motivos, en nombre de los
miembros de esta Sociedad, ruego humildemente
sean atendidos lo antes posible nuestros comunes
deseos, dignándose aprobarla con todas aquellas
cláusulas, observaciones y condiciones que a usted
parezcan para mayor gloria de Dios y bien de las
almas.
Todos unidos agradecemos anticipadamente el
favor que esperamos y rogamos con todo nuestro
corazón al Señor que le conceda salud y gracia
para poder promover el bien de esta nuestra
archidiócesis, mientras tengo el alto honor de
poder profesarme en nombre de todos.
De vuestra Señoría Ilma. y Rvdma.
JUAN BOSCO, Pbro.
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