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Mirabello que abrazaron el estado eclesiástico,
llegaban a ciento veinte.
Entretanto, a mediados de octubre, don Bosco
destinó a Mirabello a unos cuantos de los mejores
alumnos del Oratorio, para que fuesen como la
levadura de la nueva comunidad; y a don Angel
Savio para que juzgase sobre la conveniencia de
ciertos trabajos. Y después, escribía esta carta a
don Miguel Rúa:
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Queridísimo Miguel:
Te lamentas de que todavía no te he escrito,
cuando voy todos los días a visitarte.
Te envío otra pequeña caravana. Si es menester,
te enviaré más, de acuerdo con lo que digas. En
asuntos de este género, camina adelante como mejor
te parezca en el Señor y, cuando escribas, dime
siempre el número de alumnos y de peticiones.
Amplía el local.
Boido no va y se dio su número a Razzetti el
pequeño, que irá ahí el viernes o el sábado: Hoy o
mañana van también los dos Bioglio, uno de los
cuales es el gigante Goliat.
Don Juan Cagliero promete proveer cuanto pides.
Siento que Peracchio esté enfermo; es necesario
hacerle curar.
En caso de necesidad se podría colocar en
Mirabello una docena más de jovencitos?
Los sastres y zapateros pueden trabajar en una
sola dependencia. Si sucediese que un número
estuviese repetido en la ropa de alguno, añádase a
uno el bis.
Hablamos continuamente de Mirabello y los
mirabelleses; y nos unimos a ellos para augurarles
todo bien del cielo.
En este momento llega don Angel Savio y me da
buenas noticias. Deo gratias. Eleva los ingresos
hasta ciento y ya verás que, entre los que no se
presentan, los que deberán retirarse y los que se
marchan voluntariamente, te quedarás con unos
ochenta. Como principio establece no aceptar a
ninguno durante el año, si no es en casos
verdaderamente excepcionales.
Si entre los que ya están, los que van o irán,
hay alguno que no sirva para el seminario o bien
hubiera demasiados, házmelo saber enseguida o
envíamelo con una cartita y se le dará ocupación y
se le atenderá aquí en la casa convenientemente.
Hasta vernos pronto; todos los santos del
paraíso hagan santos a los que habitan o habitarán
en esa casa. Amén.
Todo tuyo en el Señor.
Turín, 28 de octubre, 1863.
Afectísimo
JUAN BOSCO,
Pbro.
Saludos especiales para toda la familia Provera
y para tu maman.
Narra la crónica de Ruffino:
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