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-Animo, Francisco, tu deseo será satisfecho.
Don Bosco describe su primer encuentro con
Besucco.
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>>-Quién eres tú?, le dije sonriendo.
>>-Soy Francisco Besucco, de Argentera.
>>-Cuántos años tienes?
>>-Pronto hare los catorce.
>>-Has venido para estudiar o para aprender un
oficio?
>>-Yo deseo mucho estudiar.
>>-Qué estudios has hecho?
>>-Hice las clases elementales en mi pueblo.
>>-Por qué querrías seguir los estudios en vez
de aprender un oficio?
>>-Porque mi mayor deseo es abrazar el estado
eclesiástico.
>>-Quién te ha dado este consejo?
->>Lo he sentido siempre en mi corazón y
siempre he pedido al Señor que me ayude a alcanzar
mi deseo.
>>-Te has aconsejado ya con alguien?
>>-Sí, he hablado muchas veces de ello con mi
padrino; sí, con mi padrino...
>>Al decir esto se conmovió y asomaron unas
lagrimillas a sus ojos.
>>-Quién es tu padrino?
>>-Mi padrino es mi párroco, el Arcipreste de
Argentera, que me quiere mucho. El me ha enseñado
el catecismo, me dio clase, me ha vestido, me ha
mantenido. Es muy bueno, me ha hecho muchos
favores y después de haberme dado clase durante
casi dos años, me ha recomendado a usted, para que
me admitiera en el Oratorio. íQué bueno es mi
padrino! iCuánto me quiere! '
>>Después de estas palabras se echó a llorar.
Esta sensibilidad por los beneficios recibidos,
este afecto a su bienhechor me hicieron concebir
una buena idea sobre la índole y la bondad del
corazón de aquel jovencito. Recordé entonces las
hermosas alabanzas que me había hecho de él su
párroco y el lugarteniente Eysautier, y dije para
(**Es7.421**))
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