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((**Es7.416**) por aquellos lugares a tres de sus compañeros y gritaron los dos: >>-íEs don Bosco! >>Se vistieron enseguida y regresaron corriendo al Oratorio, creyéndose perseguidos. Llegaron a casa pálidos como la muerte; entraron con precaución por la puerta de la iglesia y fueron a esconderse en un dormitorio>>. ((**It7.487**)) A la mañana siguiente, nos contó don Francisco Dalmazzo, llegó desde san Ignacio una cartita de don Bosco dirigida a don Víctor Alasonatti: <>. Don Víctor Alasonatti, con la carta en la mano, fue en busca de los dos culpables y se la leyó: -Don Bosco me ha escrito, les dijo: íla habéis hecho buena! Habéis sentido en el Dora algo que os hizo poca gracia? Los dos jóvenes confesaron que todavía les dolían las espaldas. También el clérigo Bonetti les preguntó e igualmente se convenció de que don Bosco había escrito la verdad. También le confirmaron las caricias recibidas a Pedro Enría, que les conocía personalmente. Don Víctor Alasonatti dijo a Vezzetti: -Prepara la maleta y vete a tu casa. Cuando el joven bajaba las escaleras de la Prefectura se encontró con el joven Fiocchi, muy amigo suyo por ser del mismo pueblo, y le contó su caso; después le preguntó cómo don Bosco había conocido su escapada, cuando era imposible de todas las maneras que le llegase la menor noticia del Oratorio. Y le añadió: -Sabes?... Me dieron en la espalda, sin que yo viera a nadie, tres golpes; y el tercero fue verdaderamente terrible y doloroso. Los dos jóvenes, no obstante, fueron readmitidos y entraron en razón. <>-No te acuerdas de la bofetada de mano invisible que recibiste tal día? (**Es7.416**))
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