((**Es7.410**)
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En el senado francés se había declarado que era
mejor una confederación honrada italiana que una
violenta unidad. En una comunicación del Cuerpo
legislativo al Emperador, se leía:
<<-No dejéis de amparar la independencia del
Santo Padre>>.
Y O Quin, miembro de la comisión de la Cámara
de Diputados que había ajustado dicha
comunicación, declaraba que un gran interés
religioso y político exigía a Francia que
conservara Roma para la Santa Sede.
La postura del Gobierno francés, las
declaraciones del ministro Billault, los
documentos oficiales publicados por el Moniteur y
los votos de la Cámara legislativa y del Senado, y
tal vez una voz llegada de París, parecieron
consagrar este principio; y habían quitado toda
esperanza a los moderados no menos que a los
seguidores de Mazzini.
Los periódicos de las sectas habían lanzado
amenazas atroces contra Napoleón; ((**It7.480**)) pero
habían desaparecido de las fronteras pontificias
las bandas armadas.
He aquí la carta que el Santo Padre escribió a
don Bosco:
PIO, PAPA IX 1.
Amado hijo -Salud y Bendición Apostólica.
Nos era conocida por muchos y preclaros motivos
tu piedad y tu celo; por ello recibimos con viva
complacencia el nuevo testimonio de tu devoción y
nos alegramos también al saber que con la
delicadísima cooperación de almas piadosas se
publiquen óptimos libros, adaptados para promover
la piedad y pedimos al Señor secunde estos
principios y los corone con el resultado que se
desea.
En verdad no nos parecieron nuevas y extrañas
las cosas que nos escribes sobre la guerra rabiosa
que se mueve contra la Iglesia. Pero, como muy
bien sabes, Nos debemos colocar toda nuestra
confianza en Dios que cuida de nosotros. El no
abandona nunca a los que confían en El; por eso en
((**It7.481**)) El
descansa toda nuestra esperanza, corroborada
especialmente por la intercesión de la Virgen
Madre, en cuyo auxilio tenemos ilimitada
confianza.
1 PIUS P.P. IX
Dilecte Fili, Salutem et Apostolicam
Benedictionem. Perspecta jam Nobis fuerat pietas
ac religio Tua multis ac praeclaris argumentis,
quocirca testimonium devotionis Tuae litteris
obsequentissimis expressum perlibenter accepimus.
Gratulati sumus etiam audientes piorum hominum
cura et industria gieri, ut libri optimi ad
provehendam pietatem idonei in lucem edantur,
Deumque adprecamur ut bonis faveat incaeptis,
optatoque exitu conatus eorum coronet. Quae de
bello infensissimo adversus Eclessiam Dei
instaurando conscribis ea quidem
(**Es7.410**))
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