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((**Es7.402**) -Pero cómo haré, don Bosco? le respondió. No se trata de levantar una capilla, sino una iglesia grandísima y muy costosa. Esta mañana no teníamos en casa ni para pagar los sellos del correo. Y don Bosco replicó: -Comienza a abrir los cimientos: cuándo hemos empezado una obra contando primeramene con el dinero? Hay que dejar hacer algo a la Divina Providencia. Don Angel Savio ejecutó las órdenes. Pero, como había que dejar bajo el pavimento de la iglesia un subterráneo, resultaba que además de las excavaciones para los cimientos, se debía excavar enteramente, con dos metros y medio de profundidad, una superficie de casi mil doscientos metros cuadrados. Dado el enorme transporte de tierras, por medio de carros, al lugar fijado por el Ayuntamiento, resultó que aquel año sólo se pudo realizar una parte del trabajo. Mientras tanto, la Providencia hacía algo. Al principio hubo varios acomodados ciudadanos que prometieron notables donativos, pero algunos cambiaron de parecer y dedicaron a otra cosa su beneficencia. Otros querían hacer sus ofrendas, pero una vez avanzados los trabajos. Don Bosco pasaba sus apuros. Habían empezado las excavaciones y se echaba encima el pago de la primera quincena. Necesitaba mil liras. De pronto, con motivo del sagrado ministerio, don Bosco fue llamado al lecho de una persona gravemente enferma. Estaba en cama imposibilitada desde hacía tres meses, aquejada de tos y de fiebre, con grave debilidad de estómago. -Si yo pudiese, comenzó a decir, recuperarame un poco, estaría dispuesta a cualquier rezo, o cualquier sacrificio; sería para mí una señalada gracia si tan sólo pudiese levantarme de la cama. ((**It7.471**)) -Qué se le ocurriría hacer?, preguntó don Bosco. -Lo que me diga. -Haga una novena a María Auxiliadora. -Qué debo rezar? -Durante nueve días rece tres padrenuestros, avemarías y glorias al Santísimo Sacramento con tres salves a la bienaventurada Virgen María. -Lo haré y qué obra de caridad? -Si le parece bien y si consigue una verdadera mejoría, haga una ofrenda para la iglesia de María Auxiliadora que se está edificando en Valdocco. -Sí, sí, con mucho gusto. Si durante esta novena consigo solamente poderme levantar de la cama y dar unos pasos por esta habitación, haré un donativo para la iglesia de que me habla. (**Es7.402**))
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