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hecho, aún comprometedor, confíemelo como a
((**It7.453**)) un
amigo y yo le aseguro que no sufrirá ningún
perjuicio, antes bien, si es preciso, le daré el
oportuno consejo.
-Mil gracias, Excelencia, agradezco su cortesía
y la bondad con que me habla. Confianza por
confianza. Por cuanto ha oído hace poco a los
informadores, puede usted discurrir sobre las
demás imputaciones. La malignidad y la ignorancia
acumularon mentira sobre mentira; éstas fueron
publicadas por la prensa adversa a los sacerdotes
y a los institutos de educación cristiana; algunos
empleados gubernativos las recogieron y quisieron
retenerlas como verdad, y así se fue formando una
opinión falsa con perjuicio para mí o mejor dicho,
para mis muchachos a quienes querrían separar de
mí, para verlos desperdigados por la calle. Esa es
la raíz, ese el fundamento de tanta patraña. Hasta
ahora no he sido ni soy combatido más que con las
armas de la calumnia y lo digo y lo afirmo, sin
miedo a ser desmentido. Hace muchos años que vivo
en Turín: desafío a quien quiera citarme una sola
palabra, una línea, un acto que merezca reproche
ante las autoridades, ante las leyes, y allí donde
se cite y se pruebe, celebraré ser castigado
severamente. Debo, en cambio, añadir con dolor,
que no soy dignamente correspondido por quien
debiera ser, si no remunerado, al menos respetado
y dejado en paz. No hablo de los jefes del
Gobierno, no hablo de S.E.; sino de ciertos
subalternos que, por vanagloriarse de ser tenidos
como adictos y progresar en la carrera, por un
frívolo pundonor o por una mísera ganancia, se
valen de su puesto para atribular a honrados
conciudadanos, aun a costa de comprometer a los
administradores del Estado...
El Ministro le miraba conmovido. Cuando don
Bosco sentía dentro de sí alguna pena, parecía que
la naturaleza se quejaba y tomaba su acento cierto
tono, tan dulce y tan afectuoso, que inclinaba a
su voluntad a quien le escuchaba.
-Me complace, prosiguió el Ministro, su sincero
hablar. Le repito que su confianza no quedará sin
efecto: pero no ha publicado usted una Historia de
Italia que, según me dicen, ((**It7.454**))
contiene principios y máximas incompatibles con
nuestros tiempos?
-La Historia de Italia a que se refiere S.E.
fue escrita, con la mejor voluntad de un
ciudadano. Apenas impresa, envié un ejemplar al
ministro de Instrucción Pública, Juan Lanza, el
cual la hizo examinar, y habiéndola hallado
preferible a todas las que corrían por las
escuelas, la alabó, concedió un premio de mil
liras a su modesto autor y poco después figuró en
el número de los libros a repartir como
(**Es7.388**))
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