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de cuentas, intenciones dudosas, desconfianzas,
garantías prestadas y no mantenidas. Mas su gran
bondad lo soportaba todo. Hasta algún Seminario,
que le había mandado seminaristas y muchachos como
alumnos, a veces se encontraba en la imposibilidad
de mantener compromisos con don Bosco a causa de
los malos tiempos, los impuestos gravosos, la
incautación de bienes eclesiásticos, las
apremiantes necesidades de las diócesis a las que
había que proveer. Pero él, aunque debiese cubrir
con lo propio muchos gastos, era de una
longanimidad sorprendente.
Por esto escribía al Ilustrísimo y
Reverendísimo canónigo Sossi, Vicario General
Capitular de la ciudad y diócesis de Asti.
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Carísimo amigo:
Me encuentro en una verdadera necesidad; si
puede saldarme el año 1862, y el semestre del año
en curso, me hará un favor y al mismo tiempo una
caridad. Si de todas formas no pudiere, procure,
al menos, pagar lo atrasado.
Me sabe mal proporcionarle estas molestias; y
si supiera que podía hablar con el señor canónigo
Magnone, iría enseguida a Asti; pero, ante la
inseguridad de poderle ver o de que le lleguen las
cartas, me he decidido a escribir directamente a
usted.
Animo, querido señor Vicario, estamos en la
batalla. íOremos, esperemos y adelante!.
Reciba los saludos de don Víctor Alasonatti,
del caballero Oreglia y de todos los de nuestra
casa, en cuyo nombre me profeso.
De V.S.
Turín, 4 de mayo, 1863.
Afectísimo
seguro servidor y amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Por esta época, andaba buscando y ordenando los
originales de las Lecturas Católicas que debían
publicarse.
Para julio: Vida e Instituto de Santa Angela
Merici, por José Frassinetti, Prior de Santa
Sabina en Génova. En el apéndice habla de la Pía
Unión de las Hijas de María Inmaculada, fundada en
Mornese en 1855 y difundida en poco tiempo por
toda Italia. Concluye exponiendo en qué consiste
la Asociación del Rosario Viviente, solemnemente
aprobada por Su Santidad Gregorio XVI, y
enriquecida con preciosas indulgencias.
Para agosto: Antonio, o el buen padre de
familia. Traducción italiana, por el sacerdote
Pedro Bazetti. Es la vida conmovedora de un pobre
obrero, fiel a los deberes de su estado,
plenamente confiado en la divina Providencia, que
soporta la miseria, las enfermedades, el abandono
de un hijo ingrato y, finalmente, sin salir de su
humilde condición, recibe la recompensa de sus
virtudes.
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