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pero don Angel Savio, ecónomo del Oratorio, de
primera intención había pensado, y así lo había
sugerido a otros, construir el sagrado edificio en
un lugar más a la vista y más cómodo para la
población; esto es, al fondo de la avenida de
Valdocco, donde se alzaba una linda quinta de los
señores Filippi con un amplio patio, contigua por
levante con la propiedad que estos mismo señores
habían vendido a don Bosco. Efectivamente, aquí
habría terminado una ancha calle que, partiendo
del espacioso Rondó, denominado entonces de san
Máximo, rodeado de altísimos y frondosos árboles,
hubiera prestado una majestuosa entrada a la
iglesia; por el contrario, para llegar al terreno
de los Rosminianos no había entonces más que
callejuelas o senderos, algunos de los cuales lo
atravesaban; y alrededor acequias y zanjas.
-A pesar de todo, nos dijo años después don
Bosco, yo había visto que la iglesia debía
levantarse en el preciso lugar del martirio de los
santos Solutor, Adventor y Octavio; había
contemplado también aquí todo el futuro Oratorio
con la fachada en forma de herradura de caballo y
la iglesia en medio. Pero no dije nada de esto a
don Angel Savio y le permití que fuese a hablar
con los señores de Filippi.
Se iniciaron los trámites para la compra. El
contrato ya estaba terminado verbalmente ante
testigos, se había fijado el día para firmar la
escritura, y ya se había avisado al notario; pero
he aquí que a los propietarios se les ocurrió
decir que no estaban conformes con las condiciones
establecidas. Se rompieron por consiguiente los
tratos.
Añade la crónica de Bonetti: <>-íPaciencia! íEl Señor nos ayudará de otro
modo!
>>Se le aconsejaba acudir a los tribunales,
dado que los señores Filippi no podían negar que
habían comprometido su palabra en el contrato.
Pero don Bosco respondió a don Angel Savio:
>>-No, no; hazles sólo saber que me sabe muy
mal esta su resolución, ((**It7.374**)) pero,
con todo, que deseo mantener siempre con ellos mis
buenas relaciones.
>>Algunos días después, habiéndole yo
preguntado qué pensaba sobre el caso, respondió:
>>-iEh, mira! Nuestra casa siempre ha tenido
que caminar a través de la contradicción, y
también en esta ocasión viene el demonio a enredar
las cosas. Mas el Señor nos ayudará>>.
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