((**Es7.316**)
En esta reedición don Bosco suprimió en el
prólogo la cita de Feccia y de Aporti, reprodujo
la lista de los nombres geográficos sagrados,
confrontados con los nombres modernos, con muchas
añadiduras sobre los del año 1855.
Completó el volumen con un cuadro de las
monedas, pesos y medidas hebreas comparadas con
las monedas, pesos y medidas del sistema métrico
decimal; con un tratadito sobre la geografía de
Tierra Santa y países limítrofes, una relación de
los imperios que la dominaron y con un mapa
geográfico de Palestina.
Hubo otras ediciones posteriores a ésta,
siempre con añadiduras y correcciones de don
Bosco, que indican el amor con que él distinguía
esta historia.
Entre tanto, lleno de gozo por la unánime
adhesión del episcopado a los deseos del Santo
Padre; por la admirable unión del clero y del
laicado católico prusiano con Roma, unión de la
que debía surgir el Centro Parlamentario que
tantas victorias legislativas debía alcanzar en
favor de la Iglesia; por el óbolo de San Pedro,
que desde todas las partes del mundo trataba de
levantar con millones la lamentable pobreza del
Pontífice, hacía imprimir en el Oratorio un
opúsculo anunciado por Armonía el 5 de Marzo.
El discurso del Papa y la salutación del
Episcopado, con ocasión de la canonización de los
Mártires Japoneses, son dos documentos que marcan
una época en la historia. Por tanto creemos
conveniente que sean conocidos y difundidos entre
los fieles. Con este fin se ha impreso una hermosa
edición de ellos en italiano en la tipografía del
Oratorio de San Francisco de Sales en Turín, al
precio de veinte céntimos libre de impuesto de
correo.
((**It7.367**)) Al
mismo tiempo publicaba otra edición de su Historia
de Italia, encargando la venta, para comodidad de
la juventud turinesa, además del Oratorio, a las
imprentas de Paravía, del caballero Pedro
Marietti, de Jacinto Marietti y a la librería de
José Moglia, en la calle Barbaroux. El periódico
Armonía la anunciaba el 5 de abril.
La Historia de Italia narrada a la juventud.
Sólo el título bastaría para recomendar el valioso
trabajo del óptimo sacerdote don Bosco. Este
nombre es en verdad muy conocido por toda Italia y
el poder decir que esta historia tuvo ya, en tan
breve tiempo, el honor de cuatro ediciones es tan
alto, que muchos lo pueden ambicionar, pero pocos
conseguir. No quiero, sin embargo, anticipar que
los valores grandísimos de esta historia
recibieron las más halagadoras alabanzas de la
Civilt… Cattolica que la encomió muchas veces y,
aún no hace mucho tiempo, con uno de aquellos sus
incomparables artículos; y también las de un
autor, cuya opinión en nada sospechosa resulta muy
autorizada, principalmente en esta materia, y nos
referimos al ilustre señor Nicolás Tommaseo.
(**Es7.316**))
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