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bajo el manto de la Virgen. Por la otra, a cierta
distancia, estaba el elefante con diez o doce
muchachos que le habían ayudado en su labor
destructora, esgrimiendo aún insolentemente en
tono amenazador sus espadas. ((**It7.359**)) Cuando
he aquí que el animal, irguiéndose sobre las patas
posteriores, se convirtió en un horrible fantasma
de largos cuernos; y tomando un amplio manto negro
o una red, envolvió en ella a los miserables que
le habían ayudado, dando al mismo tiempo un
tremendo rugido. Seseguidamente los envolvió a
todos en una espesa humareda y, abriéndose la
tierra bajo sus pies, desaparecieron con el
monstruo.
Al finalizar esta horrible escena miré a mi
alrededor para decir algo a mi madre y al
caballero Vallauri, pero no los vi.
Me volví entonces a María, deseoso de leer las
inscripciones bordadas en su manto, y vi que
algunas estaban tomadas literalmente de las
Sagradas Escrituras, y otras un poco modificadas.
Leí éstas entre otras muchas: Qui elucidant me,
vitam aeternam habebunt: qui me invenerit,
inveniet vitam; si quis est parvulus veniat ad me;
refugium peccatorum; salus credentium; plena omnis
pietatis, mansuetudinis et misericordiae. Beati
qui custodiunt vias meas. (Los que me honran
tendrán la vida eterna; el que me encuentre,
encontrará la vida; si uno es niño venga a mí;
refugio de los pecadores; salud de los que creen;
toda llena de piedad, de mansedumbre y de
misericordia. Dichosos los que guardan mis
caminos).
Tras la desaparición del elefante todo quedó
tranquilo. La Virgen parecía como cansada de tanto
gritar. Después de un breve silencio dirigió a los
jóvenes la palabra, diciéndoles bellas frases de
consuelo y de esperanza; repitiendo la misma
sentencia que veis bajo aquel nicho, mandada
escribir por mí: Qui elucidant me, vitam aeternam
habebunt. Después dijo:
-Vosotros que habéis escuchado mi voz y habéis
escapado de los estragos del demonio, habéis visto
y podido observar a vuestros compañeros
pervertidos. Queréis saber cuál fue la causa de su
perdición? Sunt colloquia prava: las malas
conversaciones contra la pureza, las malas
acciones a que se entregaron después de las
conversaciones inconvenientes. Visteis también a
vuestros compañeros armados de espadas: son los
que procuran vuestra ruina alejándoos de mí; los
que fueron la causa de la perdición de muchos de
sus condiscípulos. Pero quos diutius expectat
durius dammat. Aquéllos a los que Dios espera
durante más largo tiempo, son después más
severamente castigados; y aquel demonio infernal,
después de envolverlos en sus redes, los llevó
consigo a la perdición eterna. Ahora vosotros,
marchaos tranquilos, pero no olvidéis mis
palabras: huid de los compañeros amigos de
Satanás; evitad las conversaciones malas,
especialmente contra la pureza; poned en mí una
ilimitada confianza, y mi manto os servirá siempre
de refugio seguro.
Dichas estas y otras palabras semejantes, se
esfumó y nada quedó en el lugar que antes ocupara,
a excepción de nuestra querida estatuita.
Entonces vi aparecer nuevamente a mi difunta
madre; otra vez se alzó el estandarte con la
inscripción: Sancta Maria, succurre miseris. Todos
los jóvenes se colocaron en orden detrás de él y
así procesionalmente dispuestos, entonaron la
canción: Load a María.
Pero pronto el canto comenzó a decaer; después
desapareció todo aquel espectáculo y yo me
desperté completamente bañado en sudor. Esto es lo
que soñé.
((**It7.360**)) Hijos
míos: deducid vosotros mismos el aguinaldo. Los
que estaban bajo el manto, los que fueron
arrojados a los aires por el elefante, los que
manejaban la espada se darán cuenta de su
situación si examinan sus conciencias. Yo
solamente os repito las palabras de la Santísima
Virgen: Venite ad me, omnes, recurrid todos a
(**Es7.310**))
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