((**Es7.307**)((**It7.355**)) Entre
tanto don Bosco tenía una deuda que saldar con sus
muchachos y al mismo tiempo sentía la necesidad de
revelarles ((**It7.356**)) algo
extraordinario para el bien de sus almas. Las
muertes profetizadas, al terminar el año, habían
triunfado sobre los enemigos del alma en muchos
corazones, pero no en todos. Algunos alumnos
nuevos, y otros de los antiguos, todavía no habían
querido ponerse en paz con Dios y seguían viviendo
alocadamente, mientras el Señor abundaba con ellos
en misericordia. <> 1. Es lo que ya hemos
visto y todavía veremos.
Como don Bosco no había podido dar el último
día del año el aguinaldo a sus alumnos, al
regresar de Borgo Cornalense, el día 4, domingo,
les había prometido dárselo por la noche de la
fiesta de Epifanía.
Era el 6 de enero de 1863 y todos los alumnos,
aprendices y estudiantes reunidos, esperaban
ansiosos el aguinaldo.
Recitadas las oraciones, subió el buen padre a
la tribuna de costumbre y empezó a hablar así:
Esta es la noche del aguinaldo. Todos los años,
por las fiestas de Navidad, acostumbro elevar
oraciones a Dios para que se complazca inspirarme
un aguinaldo que os pueda ser útil. Pero este año
he redoblado las plegarias considerando el crecido
número de alumnos. Transcurrió el último día del
año, llegó el jueves, el viernes, y nada de nuevo.
La noche del viernes fui a descansar, cansado por
los trabajos del día, y no pude dormir durante la
noche, de modo que por la mañana me levanté
No dejará de profesar la más profunda gratitud
y reconocimiento hacia V.S.R.M. por el favor que
esperan y se unirán todos para implorar cada día
las copiosas bendiciones del cielo sobre su
Augusta persona y sobre la familia real. Confiando
alcanzar la gracia, se profesa.
Turín, 1863.
Su humilde y
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Benemérito Señor (Abate Peletta):
El pasado año me las arreglé de forma que no
tuve que recurrir al Limosnero de S.S.R.M.; pero
este año me veo obligado por muchas y urgentes
necesidades.
Todo lo recomiendo a su probada caridad y ruego
a Dios le conserve
largo tiempo para bien de la religión, mientras
tengo el honor de profesarme con plena estima y
gratitud.
De V.S.
Turín, 29 de enero, 1863.
Seguro
Servidor
JUAN
BOSCO, Pbro.
1 Sal. XXV, 8 y 9.
(**Es7.307**))
<Anterior: 7. 306><Siguiente: 7. 308>