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veintidós céntimos, al Ministro de Gracia y
Justicia y Culto; y, en papel corriente especial,
a cada uno de los Príncipes de la Casa Real, al
Rey Víctor Manuel y al abad Camilo Peletta de
Cortanzone, limosnero mayor del Rey 1.
1 Excelencia:
El sacerdote Juan Bosco respetuosamente expone
a V.E. que se halla en la grave necesidad de pagar
los gastos de alquiler, de reparación y de culto
que se acumulan en el Oratorio de San Luis en
Puerta Nueva, del Santo Angel Custodio en
Vanchiglia y de San Francisco de Sales en
Valdocco, donde se practican en los días festivos,
mañana y tarde, las funciones religiosas.
No sabiendo a quien recurrir en tan apremiante
apuro, y teniendo además necesidad las respectivas
iglesias de ser provistas de ornamentos y de otros
objetos, que se precisan para el altar, recurre
humildemente a la reconocida y probada caridad de
V.E. suplicandole quiera concederle, con cargo a
la caja del Economato, el mayor subsidio que en su
bondad creyere conveniente para estas iglesias,
privadas de toda clase de medios y que sobreviven
únicamente de la beneficencia.
Confiando ser atendido, augura todas las
gracias del cielo para V.E. y para todos los que
de modo particular prestan su benéfica ayuda para
bien moral de la juventud.
De V.E.
Turín, 1863.
Su humilde y
seguro servidor
JUAN BOSCO,
Pbro.
Alteza Serenísima:
Respetuosamente expongo a V.A. Serenísima la
grave necesidad en que se encuentra un númeroso
enjambre de pobres muchachos, ya atendidos otras
veces por su gran caridad.
Ademas de la urgencia de tener que
suministrarles los ordinarios alimentos, estan
faltos de ropa con que vestirse y de las
imprescindibles ropas de cama para defenderse
contra el frío de la cruda estación actual.
No sabiendo a quien recurrir para alcanzar
alguna ayuda en estas estrecheces, acudo
humildemente a la probada bondad de V.A. esperando
se digne continuar sus favores con la caritativa
ayuda, que su paternal bondad crea conveniente.
Entre tanto me asocio a los jóvenes beneficiados
para pedir sobre V.A. copiosas bendiciones del
cielo a fin de que viva muchos años y felices
días, con la gloriosa recompensa que, después de
una larga vida, acostumbra a dar el Señor a quien
emplea sus riquezas en favor de los pobrecitos de
Jesucristo.
En mi nombre y en el de los jóvenes socorridos,
tengo el alto honor de poderme profesar de V.A.S.
Turín, 1 de enero, 1863.
Su humilde y
seguro servidor
JUAN BOSCO,
Pbro.
Augusta y Real Majestad:
El augusto padre de S.M., Carlos Alberto, de
gloriosa memoria, y Su misma Majestad, socorrieron
ya otras veces a los pobres jovencitos internados
en esta Casa, cuando se encontraron en necesidades
excepcionales, como lo estan actualmente.
Además del pan necesario para la vida, se
hallan faltos de camisas, pantalones, sábanas,
mantas y otras ropas indispensables en la actual
cruda estación invernal.
No sabiendo a quien acudir el solicitante, para
cubrir las necesidades de estos pobrecitos,
suplica humildemente a V.S.R.M. se digne ayudarles
con bondadosa consideración y otorgarles un
socorro extraordinario con el que puedan ser
aliviados en su presente necesidad.
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