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hecho. Tanto me preocupaba una idea que me
distraía y me sacaba de quicio. Yo pensaba:
nuestra iglesia es demasiado pequeña, no caben en
ella todos los muchachos y están apiñados unos
sobre otros. Por consiguiente, haremos otra más
bonita y más amplia, que sea magnífica. ((**It7.334**)) Le
daremos el título de: Iglesia de María
Auxiliadora. No tengo un céntimo, no sé de dónde
sacaré el dinero, pero eso no importa. Si Dios la
quiere, se hará. Yo lo intentaré y, si no se hace,
que la vergüenza del fracaso sea toda para don
Bosco. Que diga la gente: Coepit aedificare et non
potuit consummare. (Empezó a edificar y no pudo
terminar).
El clérigo Albera guardó la confidencia para
sí, mas poco tiempo después, en 1863, le dijo don
Víctor Alasonatti, a quien hacía de secretario:
-Sabes una cosa? Me ha dicho don Bosco que
quiere edificar una gran iglesia. Y ya ha
comenzado a trabajar en ello. Aquí hay una
petición de ayuda al gran Maestre de la Orden de
San Mauricio y San Lázaro para esta obra. Hazme el
favor de copiarla.
Reveló igualmente este su propósito a don Juan
Cagliero, quien afirmaba:
<>-Creo, respondí yo, que será la iglesia madre
de nuestra futura Congregación y el centro de
donde surgirán todas nuestras obras en favor de la
juventud.
>>-Lo has adivinado, me dijo: María Santísima
es la fundadora y será la sostenedora de nuestras
obras>>.
La fiesta de la Inmaculada de aquel año se
celebró en el Oratorio con gran alegría,
especialmente porque el problema de las escuelas
estaba solucionado por el momento.
<((**It7.335**)) don
Bosco dió siempre, el día de la Inmaculada, una
conferencia especial a sus colaboradores. Como se
hablara del colegio que debía inaugurarse para el
año siguiente en Mirabello, si
(**Es7.288**))
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