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Para el 2.° de bachillerato, al clérigo Juan
Anfossi.
Para el 3.° de bachillerato, al clérigo
Celestino Durando.
Para el 4.° de bachillerato, al clérigo
Francisco Cerruti.
Para el 5.° de bachillerato, al sacerdote Juan
Francesia.
Para los cuatro últimos no poseo más títulos
que la declaración de sus profesores, pero además
de la clase que imparten, desde hace seis años, en
la clase respectiva, asisten también a las
lecciones de letras griegas y latinas en nuestra
Regia Universidad. Sus jóvenes alumnos
consiguieron brillantes resultados. Ninguno de
ellos recibe paga alguna y todos desarrollan
caritativamente su trabajo. Para los cuatro
últimos suplico una aprobación provisional
reservándome, para el tiempo que se me fije, el
presentar a esos mismos u otros, pero con todos
los títulos exigidos por la Ley.
Además, los estudios seguirían bajo la
dirección del benemérito profesor de retórica don
Mateo Picco, como siempre lo estuvieron hasta el
presente.
Advierto, de paso, que la finalidad de esta
Casa es que estas escuelas de bachillerato sean
una especie de Seminario menor, donde puedan
realizar estudios aquellos jovencitos que poseen
((**It7.328**)) talento
y virtud, pero están privados o escasean de medios
de fortuna.
Confiando en que mi humilde petición alcance su
benigna consideración, tengo el honor de poderme
declarar.
De V. S. Ilma.
Turín, 4 de diciembre, 1862.
Su
seguro servidor
JUAN
BOSCO, Pbro.
El Delegado, antes de conceder la aprobación
que se pedía, acaso para proceder con pleno
conocimiento de causa y dar a conocer que él no se
dejaba conducir a ciegas, escribía a don Bosco:
Turín,
11 de noviembre, 1862.
Habiendo delegado al Secretario de este
departamento, doctor Camilo Vigna, para visitar
los locales de ese Centro, cuya aprobación pide
usted, el que suscribe participa a V. S. Ilma.
disponga como le plazca, a fin de que si se
presentara un día coincidiendo con que V. S. esté
ausente no encuentre obstáculo para el
cumplimiento del encargo encomendado.
El R. Delegado
F. SELMI
El doctor Camilo Vigna fue y quedó satisfecho
de las escuelas y del aspecto de los alumnos. A
continuación, el Delegado, con fecha 21 de
diciembre, envió el prometido decreto por el cual
las escuelas del Oratorio estuvieron durante aquel
año al seguro de cualquier contratiempo.
El R. Delegado pidió poco después una
estadística del Bachillerato en el Oratorio
durante el año escolástico 1861-62, que don Bosco
no tardó en remitirle 1.
1 Véase el apéndice n.° 2, al final del
Volumen.
(**Es7.283**))
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