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que había presentado al Rey su dimisióm con todo
el Ministerio y que había sido aceptada. El Rey
llamaba para formar nuevo Ministerio a Carlos
Farini y a José Pasolini y el 8 de diciembre ya
estaba constituido. Farini fue su Presidente, pero
sin cartera. El Senador profesor Miguel Amari,
obtuvo la cartera de Instrucción Pública. Al
profesor Muratori, Delegado de estudios en la
provincia de Turín, le sucedió el Comendador
Francisco Selmi ((**It7.320**))
farmacéutico en Módena, a donde había sido llevado
por Carlos Farini, dictador en Módena.
El nuevo Delegado Real, que juntamente con el
caballero Esteban Gatti había concebido el triste
plan contra don Bosco, comenzó en seguida la lucha
contra el Oratorio, exigiendo los títulos legales
de sus maestros. Don Bosco envió sus nombres y
apellidos y respecto al título observó que estaban
en camino de alcanzarlo porque ya asistían a clase
de literatura latina, italiana y griega en la
Regia Universidad de Turín. Así mismo hacía notar
que, por ser escuelas de caridad y de beneficencia
para muchachos pobres, habían sido por espacio de
varios años recomendadas y aplaudidas por la
autoridad escolástica, por los Delegados del reino
y por el mismo Ministro de Instrucción Pública,
dejando plena libertad a los maestros para
enseñar, sin exigir que fueran titulados. Citaba a
continuación una carta del Ministro Juan Lanza en
la cual, con fecha del 20 de abril de 1857, se
decía que: aquel Ministerio deseaba colaborar con
todos los medios a su alcance, para que estas
escuelas adquiriesen el mayor desarrollo. Aducidos
estos motivos, don Bosco pedía al Delegado que se
dignara aprobar para la enseñanza a aquellos
mismos profesores, al menos hasta que hubiesen
realizado los exámenes a que aspiraban. Mas Selmi
no atendió a razones, se mantuvo inflexible a los
ruegos, rechazó con desdén a quien quería hacer de
mediador e insistió para que don Bosco se
proveyese, para fines de aquel año, de maestros
titulados o clausurase las escuelas.
Pero don Bosco resolvió intentar de nuevo la
prueba ante Selmi. Pensaba:
-Si podemos defendernos del golpe mortal por un
año, el tiempo y la necesidad nos inspirarán la
forma de esquivarlo en adelante.
Por consiguiente, no escribió nada más, ni
envió intermediarios, sino que, rezada su
acostumbrada Avemaría, se presentó en persona ante
el Delegado Regio. Era uno de los primeros días
del mes de diciembre. Tras varias horas de espera,
finalmente pasó don Bosco ((**It7.321**)) a su
presencia. Más tarde, gracias a una paciente
búsqueda y por medio de persona que se encontró
fuera del hecho, hemos sabido detalles, que nos
permiten narrar la esencia del coloquio.
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