((**Es7.27**)
capitán, sabía entusiasmar y mover a todos donde
quiera que se presentase un bien a realizar.
Refiere monseñor Cagliero lo que todos nosotros
habíamos presentido. <>Y estas personas no eran únicamente del
vulgo: eran magistrados, autoridades del Estado y
Ministros; eran doctos eclesiásticos, Rectores de
seminarios, Arzobispos, Cardenales de Italia, del
extranjero. Los príncipes y los plebeyos, los
ricos y los pobres, los amigos y los desconocidos,
los sabios y los ignorantes, los buenos y los
malos, todos buscaban en él un consejero, un
consolador, un padre, un amigo. Párrocos y
sencillos sacerdotes acudían a él para recibir
normas sobre la dirección de las almas; y también
muchos alumnos de la Residencia Sacerdotal de San
Francisco de Asís, acabado el curso de moral,
solían visitar a don Bosco, antes de ir a sus
destinos, para implorar su bendición>>.
Los Superiores de órdenes religiosas, los
abades de monasterios, ((**It7.18**))
religiosos, religiosas de toda especie y color
iban a consultarlo, Don Santiago Bosco, compañero
suyo en el Seminario, que fue por más de treinta
años director espiritual de las Hermanas de San
José, muy estimado en la diócesis por sus virtudes
sacerdotales, le apreciaba como a un gran santo,
Muchas veces se le oyó decir a sus religiosas,
cuando le pedían un consejo:
-Vaya a don Bosco, el santo; él sabrá
dirigirles, yo soy solamente un bosc d'pouciou!1.
Con estas palabras piamontesas el humilde
sacerdote quería indicar una especie de madero sin
ningún valor que se encuentra entre los setos
vivos de nísperos.
Juan Villa testificó: <>,
1 Ya en el Seminario de Chieri (pág. 329 -volumen
I) se distinguían los os Boscos, con el
sobrenombre de Santiago BOSCO DE NISPERO el uno
(madera dura y nudosa), y Juan BOSCO DE SALES el
otro (de sauce, madera suave y flexible) (N. el
T.)(**Es7.27**))
<Anterior: 7. 26><Siguiente: 7. 28>