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manifestase su voluntad. Y se sintió inspirado
para dedicar su vida y sus bienes, que eran
abundantes, a don Bosco. Llegó a Turín con tal
fin. Y quedó tan admirado del celo y de la caridad
de don Bosco, que trabó amistad con él. Se enamoró
del espíritu de la Sociedad Salesiana y quiso
formar parte de ella inmediatamente, empezando a
practicar sus reglas de un modo ejemplar. Prometía
ilimitada obediencia a don Bosco, y estaba
dispuesto a quedarse en el Oratorio. Pero el
siervo de Dios, en vista del bien que realizaba en
el siglo, quiso que siguiera viviendo en su
pueblo.
Había comprendido también la necesidad de no
privar a la Unión de las Hijas de María Inmaculada
de Mornese y otros lugares de un Director tan
piadoso y prudente.
Previó entonces don Bosco que, a la vuelta de
diez años, elegiría algunas de las más virtuosas
de aquellas jóvenes de Mornese para comenzar la
Congregación de las Hijas de María Auxiliadora?
Parece que sí, puesto que en 1863, la señora
Carolina Provera, de Mirabello, hermana de nuestro
Francisco, deseosa de entrar en una congregación
religiosa, habló de ello con don Bosco y éste le
respondió:
-Si quiere esperar un poco, también ((**It7.298**)) don
Bosco tendrá religiosas Salesianas, igual que
ahora tiene sus clérigos y sus sacerdotes.
Pero ella no creyó oportuno esperar y se fue a
Francia, donde profesó en la Congregación de las
Fedeli compagne (Fieles compañeras). Don Evasio
Rabagliati la encontró en París el año 1890, entre
las Superioras de la calle de la Santé, y la buena
religiosa le contó las palabras oídas de labios de
don Bosco.
Don Domingo Pestarino volvió a Mornese,
mientras don Bosco esperaba contestación a una
instancia dirigida al Ministro de Gobernación,
Urbano Rattazzi, que le había entregado quinientas
liras para la tómbola. En su mente prodigiosa
siempre encontraba nuevos planes para ayudar a los
muchachos, y nuevos aspectos dentro de un mismo
plan, para ampliar su obra y renovar los medios
para obtener ayuda.
Excelencia:
El abajo firmante respetuosamente expone a S.E.
una necesidad que hace tiempo se hace sentir
gravemente entre nosotros: se refiere a los
muchachos menores de doce años.
Esta casa del Oratorio y otras similares de
beneficencia pública atienden a los que ya
llegaron a esta edad. Pero a menudo se encuentran
niños totalmente pobres y
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