Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es7.254**) nuestra carne y el respeto humano. Dichosos vosotros, si os acostumbráis a combatir contra ellas y a vencerlas en vuestra tierna edad. 5.° Un poco de diversión no es malo; pero resulta difícil escogerla y después moderarse. Haced, pues, así. Que vuestras distracciones y vuestras diversiones estén aprobadas por vuestro confesor y no lleguéis nunca hasta la saciedad; y cuando os abstengáis de ellas para venceros, sabed que habéis obtenido una gran victoria y una hermosa ganancia. 6.° Hasta que no vayáis a gusto a confesaros y a comulgar, y hasta que no os agraden los libros piadosos y los compañeros devotos, no creáis tener todavía una sincera devoción. 7.° El muchacho que todavía no es capaz de soportar una injuria sin vengarse de ella, y que no tolera las reprensiones, aun injustas, de sus Superiores, y más aún de sus padres, está todavía muy atrás en el camino de la virtud. 8.° No hay veneno más perjudicial para los jóvenes que los libros malos. Hay que temerlos mucho en nuestros tiempos, porque son muy numerosos y descarados en cuanto a religión. Si amáis la fe, si amáis vuestra alma, no los leáis, sin que antes hayan sido aprobados por el confesor u otras personas de reconocida doctrina y esclarecida piedad; pero reconocida y esclarecida, entendedlo bien. 9.° Mientras no tengáis miedo y no huyáis de las malas compañías no sólo debéis pensar que os encontráis en gran peligro, sino incluso temed ser malos vosotros mismos. 10.° Elegid siempre los amigos y compañeros entre los buenos conocidos, y de éstos, los mejores; más aún, imitad lo bueno y lo mejor de éstos y huid de sus defectos, porque todos los tenemos. ((**It7.293**)) 11.° No seáis obstinados en vuestro obrar, pero tampoco seáis inconstantes. Siempre he visto que los inconstantes, que fácilmente cambian de resolución sin graves motivos que les determinen a ello, acaban mal en todo. 12.° Una de las mayores locuras de un cristiano es la de aguardar siempre a ponerse en el buen camino, diciendo después, después; como si estuviese seguro del tiempo venidero y como si le importase poco el hacerlo pronto y ponerse a salvo. Sed, pues, prudentes y poneos en regla enseguida como si tuvierais la certeza de no poderlo hacer después. Confesaos cada quince días a más tardar; haced un poco de meditación y de lectura espiritual cada día; el examen de conciencia todas las noches; la visita al Santísimo Sacramento y a la Virgen; cumplid con la Congregación; haced el ejercicio de la buena muerte; pero sobre todo, tened una devoción a la Santísima Virgen grande, tierna, verdadera y constante. íOh, si supieseis la importancia de esta devoción, no la cambiaríais por todo el oro del mundo! Tenedla, y espero que un día diréis: Venerunt mihi omnia bona pariter cum illa (Todos los bienes me vinieron con ella). Se mienta en estos recuerdos la Congregación; se refiere a las reuniones de los estudiantes durante los días festivos para cumplir en la propia iglesia o en la parroquia con la obligación de la santa misa y la de la instrucción religiosa. En muchas escuelas aún públicas, todavía estaban con vida aquel año, pero languidecían por el descuido de la autoridad eclesiástica; y muy pronto el soplo de la revolución debía extinguirlas, sobre todo en las grandes poblaciones. (**Es7.254**))
<Anterior: 7. 253><Siguiente: 7. 255>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com