((**Es7.246**)
-Entonces quiere decir que seguirán?
((**It7.282**))
-Seguirán.
-Y a lo mejor crecerán?
-Crecerán.
-íPaciencia!
Don Bosco había predicho su porvenir:
Así las cosas, don Bosco fue a Vignale hacia
las ocho de la tarde.
Acudió tal cantidad de campesinos que desordenaron
las filas de los muchachos: el conde Federico
Callori que salió a su encuentro, no pudo llegar
hasta él, y colocándose a la cabeza de los
músicos, volvió a subir guiándolos hasta el
castillo, con mucho esfuerzo. Don Bosco iba en
medio de aquella gente, que lo apretujaba de tal
modo, que apenas si podía moverse, escoltado por
unos cuantos jóvenes robustos, que impedían con
sus espaldas que fuera empujado de un lado para
otro. Muchas antorchas encendidas iluminaban el
camino. Finalmente el primogénito, condesito Julio
César, con grandes esfuerzos de sus codos, abrió
paso a don Bosco y lo acompañó con todos los suyos
hasta el magnífico castillo, cuyas salas y
corredores estaban tenuemente iluminados. El mismo
llevó a los alumnos hasta unas mesas
magníficamente preparadas, y después los hizo
subir a las habitaciones de la última planta,
donde estaba todo preparado para que pudieran
dormir cómodamente.
El viernes, día 10, celebró don Bosco la misa
en la hermosísima capilla del castillo. Asistieron
a ella los nobles huéspedes y los alumnos, los
cuales se situaron en el salón contiguo ante la
puerta, ya que no había espacio para todos.
Durante aquellos días el profesor Celestino
Durando examinó a los muchachos que habían sido
presentados a don Bosco para ingresar como
estudiantes en el Oratorio, en una sala que le
asignó el Conde.
Entre éstos estaba el jovencito Luis Lasagna,
cuya madre le había acompañado a Vignale. El
párroco de Montemagno, don Evasio Beccaris, lo
presentó a don Bosco con tres compañeros más. Don
Bosco les contempló y dijo:
-De los otros tres no puedo decir nada: pero
puedo asegurar que el del cabello rubio (Lasagna)
dará buen resultado.
((**It7.283**))
Aquellos muchachos fueron aceptados por don Bosco
para estudiar.
El sábado acompañó el condesitso a los alumnos
a visitar las ruinas del antiguo castillo, donde
está el panteón de la noble familia de los
Callori, cercado de altos cipreses.
(**Es7.246**))
<Anterior: 7. 245><Siguiente: 7. 247>