((**Es7.205**)
No pienses más en ello... Tú te has confesado bien
y no tienes nada que temer... Todo está borrado y
olvidado. íDios es muy bueno!...
-Sí, es cierto. Mas, entre tanto, de no haber
sido por él yo sería inocente... Yo sería feliz...
No me encontraría así...
-Bueno, perdónale, añadió don Bosco. El Señor
también te ha perdonado a ti. Tu perdón obtendrá
misericordia para él.
-íSí, sí, le perdono!, exclamó el pobrecito.
Y, cubriéndose el rostro con las manos, rompió
a llorar y cayó sobre la almohada.
Nadie podía aguantar la desgarradora escena.
Don Bosco hizo señas a los padres para que sacaran
al muchacho, que sollozaba sin poder articular
palabra. Como no se tenía en pie, hubo que
sostenerlo. Don Bosco, con palabras que sólo él
sabía decir, devolvió la tranquilidad al corazón
del pobre traicionado y lo asistió hasta el último
instante.
Una de las últimas charlas que don Bosco
dirigió a los jóvenes, antes de que marchasen a su
casa, fue la del 27 de julio.
Les recomendó dar buen ejemplo cuando
estuvieran en sus casas:
-Testimoniad vuestra fe; ahora que vivimos en
tiempos de libertad,
emplead la libertad de hacer el bien, profesándoos
verdaderos cristianos, con la exacta observación
de los preceptos de Dios y de la Iglesia. Quiero
exponeros el resultado del buen ejemplo de un
estudiante nuestro, aún bastante joven. Al
terminar el curso fue a su casa de vacaciones. El
primer día, al sentarse a la mesa con sus padres,
hizo antes la señal de la santa cruz. Sus padres,
al ver el acto religioso de su hijo, se
sorprendieron y se dijeron entre sí:
-He aquí a nuestro hijo que nos da buen
ejemplo; lo que deberíamos hacer nosotros ((**It7.234**)) los
primeros, lo hace él y nos enseña.
Y desde aquel día, los padres tomaron la santa
costumbre de santiguarse también ellos, al
sentarse a la mesa.
Una vez acabado el curso con el reparto de
premios, todos los alumnos recibieron de don Bosco
el siguiente recuerdo:
Norma de vida para
vacaciones
1.° Cada día. Ayudar la santa misa, si se
puede; meditación y un poco de lectura espiritual;
huida del ocio y buen ejemplo en todas partes.
2.° Cada semana. Confesión y comunión.
3.° Los días festivos. Misa, sermón y
bendición.
4.° En cada momento. Fuga del pecado: Dios os
mira; Dios os juzgará.
Las clases se reanudarán el 16 de agosto.
(**Es7.205**))
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