((**Es7.201**)((**It7.228**)) Diga a
don Víctor Alasonatti que prepare dinero, etc.
El paseo a Morialdo tal vez no sea oportuno.
Dios mediante, el viernes estaré con usted en
el Oratorio, ya bien de salud. Vale in Domino.
Lanzo, 21 de julio 1862.
Afectísimo amigo
JUAN
BOSCO, Pbro.
Aquella noche don Víctor Alasonatti leyó la
carta de don Bosco a la comunidad reunida. Sus
noticias asombraron a todos, que no sabían
explicarse cómo hubiese podido saber desde San
Ignacio tales cosas. Aunque no daba el nombre de
los culpables, ellos estaban con mucho miedo.
Indicaba sin embargo sus nombres en papel
aparte y divididos en dos categorías: deceptores
et illusi (engañadores y engañados). Por su número
se comprende que un superior no debe jamás
engañarse con la persuasión de que en una
comunidad no exista nada malo; al contrario, a
veces una calma aparente puede ser indicio de que
se está fraguando una tormenta.
Todos le esperaban con ansias para oírle
explicar cuanto decía en la carta.
El viernes 25 de julio llegó don Bosco al
Oratorio. Después de las oraciones de la noche
subió a su pequeña cátedra.
Tomó la palabra don Miguel Rúa, dice la
Crónica, rogándole nos aclarase su carta. Dijo él
rotundamente que desde San Ignacio había visto a
aquellos tres jóvenes salir del Oratorio, faltar a
las funciones e irse a bañar. Pero al caer en la
cuenta de que nosotros quedábamos altamente
admirados ante tal declaración prosiguió,
sonriendo:
<<-Acaso alguno de vosotros preguntará: cómo ha
hecho don Bosco para saber todo eso? -Y yo le
contesto: me enteré por mi telégrafo. Yo, aunque
esté lejos, establezco comunicación por medio de
mi hilo telegráfico y veo y conozco todo lo que
puede redundar en honra y gloria de Dios y en la
salvación de las almas.
((**It7.229**)) >>Os
digo ahora cosas que no debería contaros, pero
creo conveniente decíroslas, pese a todo, a fin de
que nadie crea poder hacer una pifia cuando yo
estoy ausente del Oratorio: porque se equivoca del
todo, si cree que no va a ser visto. Sin embargo,
tened en cuenta que no pretendo que os abstengáis
del mal, sólo por miedo a ser vistos y
descubiertos por don Bosco, sino porque os ve
Dios, que en el día del juicio os pedirá
rigurosísima cuenta.
>>Necesitaría hablar con cada uno de vosotros y
deciros muchas cosas, pero advierto que me falta
tiempo. Os diré brevemente que
(**Es7.201**))
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