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dejarle ningún camino para otra carrera. Otro
ejemplo: cuando Rigamonti se fue a casa, diciendo
que no se sentía llamado al estado eclesiástico,
sus padres le contestaron:
>>-Bueno, entonces te pondrás a trabajar con
nosotros.
>>Usted aprobó esta decisión, asegurando:
>>-Esta es la verdadera forma de obrar.
>>Don Bosco escuchó y luego replicó:
>>-La elección de estado, aquí en casa, es
totalmente libre; de tal forma que no se admite a
ninguno para vestir la sotana sin los requisitos
necesarios. El que la recibe tiene una señal de
vocación; mas el que no es llamado a este estado
en los difíciles tiempos que corremos, yo creo que
es mejor que trabaje la tierra. Por lo que
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concierne a los ejemplos aducidos: a Luis Bosco se
le presentaron las normas sobre la elección de
estado; al acabar el curso de retórica dijo que no
se sentía con ánimo para hacerse sacerdote, fue a
casa, se puso a trabajar en el campo, y tampoco
entonces supo decidir qué carrera le gustaba.
Rigamonti, por otro lado, tiene a sus padres
campesinos, esto hay que pensarlo, porque si se
tratase de un muchacho nacido en la ciudad, no
sería conveniente ponerle a trabajar en el campo;
pero a uno salido del campo y puesto a estudiar
para ver si el Señor lo llamaba, dado que no
aprovechaba, no se le hace mengua, y es mejor para
él que vuelva a cultivar la tierra.
>>El recuerdo y el fruto del aguinaldo dado al
principio del año, perduraba; así que otro alumno,
cuando don Bosco terminó de hablar, le dijo:
>>-Sobre el aguinaldo, no se puede saber nada
más que lo que nos dijo? Quiere de veras
sepultarlo todo? íDígame alguna cosa!
>>Don Bosco respondió:
>>-Todo lo que era necesario para la mayor
gloria de Dios, ya se ha dicho; si yo no estuviera
comprometido, añadiría algo más, pero como son
cuestiones personales no conviene decirlas.
>>-Diga al menos: el hecho de la luz, tiene
conexión con el aguinaldo?
>>-íBueno...! Puede ser... El hecho es que la
Virgen quiere la casa limpia y por eso, después de
Navidad, salieron del Oratorio casi veinte sin ser
despedidos. Batt... realmente era una espina para
la casa; desgraciadamente existían motivos para no
poderlo expulsar: contaba con la protección del
Conde X y su estado era un serio impedimento,
porque si se le despedía, se quedaba en mitad de
la calle. Esto no me permitía tomar la
determinación de alejarlo, aun cuando su ejemplo
perjudicaba a los demás y fingía continuamente.
Pero sucedió
(**Es7.164**))
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