((**Es7.138**)
ciencia, el interés y la amistad con que le
honraba aquel Prelado desde hacía tanto tiempo.
Monseñor se tuvo por cofundador y
copropietario; y merecía ser tenido por tal, dada
la gran importancia que prestaba a la colección de
fascículos con su protección, como por el número
de ((**It7.151**))
suscriptores de su diócesis. Su título debió
garantizar el empréstito de una cantidad bastante
notable, hecho por el marqués de Birago, para
asegurar los fondos necesarios para el balance que
se preveía. En 1856 permitió que se vendiese un
título suyo, que rentaba 425 liras, en favor de
las Lecturas Católicas, reservándose, sin embargo,
su derecho sobre el valor de aquella cédula:
firmaba también alguna letra de cambio. A más, él
suministraba el dinero que se le pedía, al
canónigo honorario de la catedral don Francisco
Valinotti, a quien había sido confiada la gerencia
de las Lecturas Católicas. Este representaba al
Obispo de Ivrea y era una sola cosa con él.
La oficina de las Lecturas, como se deducía del
ejemplar de enero de 1854, tuvo primeramente su
domicilio en Turín, calle Bogino, número 3,
segunda planta. Desde aquí, la dirección pasó, el
1 de octubre de 1855, a la calle de Santo Domingo,
número 11. Allí se conservaban las listas de los
suscriptores y los registros correspondientes al
cobro de los mismos. Valinotti iba varias veces a
la semana a Turín, repasaba el libro de Caja,
tomaba nota de los nuevos suscriptores y atendía
la correspondencia. El se cuidaba de los contratos
con los impresores, de la revisión de los trabajos
y de los pagos convenidos. Tenía algún empleado
que le ayudaba en el despacho. José Buzzetti y
otros jóvenes del Oratorio iban allí para escribir
las direcciones de los paquetes y ayudar a su
expedición.
El teólogo Valinotti era tenido por el tercer
cofundador y copropietario, también por las
firmas, que estaba autorizado por el Obispo a
hacer en su nombre, y no pasó mucho tiempo hasta
que su despacho se convirtió realmente en el
centro de la dirección; y él pasó a hacer de dueño
y a creerse tal. En los programas y cubiertas de
los fascículos se leían algunos avisos.
<((**It7.152**)) debe
dirigirse únicamente a la dirección de las
Lecturas Católicas, calle de Santo Domingo, número
11. Turín. De otro modo ésta declina toda
responsabilidad. -Los pedidos de ejemplares de las
Lecturas Católicas de años precedentes deberán
hacerse por medio
(**Es7.138**))
<Anterior: 7. 137><Siguiente: 7. 139>