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((**Es7.130**) cartita para su tranquilidad y justificación. Don Bosco había escrito a los clérigos que le pertenecían, que volvieran al Oratorio; pero el reverendo Grassino, siguiendo instrucciones recibidas, les propuso que se adhirieran a su partido. Boggero y Bongiovanni prefirieron obedecer a don Bosco y sin vacilaciones de ningún género, aunque no tenían dinero para pagar el coche, volvieron a pie al Oratorio desde Giaveno. Nótese que aquellos clérigos habían trabajado gratuitamente durante dos años sin haber recibido la más mínima compensación económica por su labor. ((**It7.141**)) El mismo don Bosco, satisfecho de haber conservado para la Archidiócesis un instituto de tantas esperanzas, después de haberlo hecho tan floreciente con sus solícitos cuidados, se había retirado sin pretender ninguna retribución. A pesar de ello, en aquel momento y durante muchos años más, parecía que se hubiera preparado una conjuración contra él. Siempre que había en el Oratorio un sacerdote o clérigo, dotado de talento o virtudes especiales, no faltaba alguien que se acercara para engañarlo con generosas promesas y estimularlo para que abandonase al que tanto había trabajado para mantenerlo e instruirlo, y que le quería entrañablemente. Alimentaba tal vez aquel consejero las mejores intenciones del mundo, pero mientras tanto don Bosco veía con cierta frecuencia cómo arrancaban de su lado a algunos sobre los que él había puesto sus esperanzas. Pero don Bosco no guardaba rencor por nada. Resulta maravilloso oír hablar de él con profunda emoción y recordar la bondad con la que seguía tratando a todos los que tuvieron disparidad de sentimientos o intereses con el siervo de Dios, aun en asuntos importantes. Afirmaba un día el presbítero Grassino, ante mí y ante don Francisco Vaschetti, que don Bosco, después de los sucesos de Giaveno, le había dicho varias veces con todo cariño, que le otorgaba derecho para alojarse en el Oratorio y sentarse a su mesa, siempre que quisiere. Tampoco mantuvo rencillas con la Curia Arzobispal. Testificó don Miguel Rúa, bajo juramento: <(**Es7.130**))
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