((**Es6.95**)
<((**It6.115**)) amparo;
que crezcáis en méritos con vuestras buenas obras.
Así pues, también yo quiero dejaros esta noche
algunos recuerdos para provecho del alma, y son
éstos:
A los clérigos, el buen ejemplo, recordándose
siempre de que son lumen Christi (luz de Cristo).
A los estudiantes, la mayor frecuencia posible de
la eucaristía. A los aprendices, como no pueden
acercarse a los sacramentos durante los días de la
semana, hacerlo en los días festivos. Además a
todos en general: buenas confesiones, abrir
cándidamente vuestro corazón al confesor, porque,
si el demonio consigue inducir a un joven a callar
un pecado en la confesión, éste se encuentra en un
desgraciado estado y cargado de sacrilegios, está
al borde de su eterna perdición. Por tanto,
confesaos bien y, además de la sinceridad, no
falten nunca el dolor y el propósito firme: de lo
contrario, sería inútil, o más bien, perjudicial
el acercarse al tribunal de la penitencia; en
lugar de bendiciones atraeríamos sobre nuestras
cabezas la maldición. Pero tenemos entre nosotros
un tesoro especialísimo, y no lo conocemos
bastante; la protección de la Virgen María. Y cuán
eficaz es acudir a esta buena Madre. Rezad, pues,
y familiarizaos con aquellas hermosas palabras que
dijo el ángel: Ave, Maria, gratia plena (Dios te
salve, María, llena eres de gracia) y las otras
que repite a menudo la Iglesia: Sancta Maria,
Mater Dei, ora pro nobis. Cada noche al acostaros
repetid: Sancta Maria, Mater Dei ora pro nobis.
Por la mañana, al despertaros, decid siempre: Ave,
Maria y palparéis el admirable efecto de esta
invocación. Haga cada uno de vosotros lo que he
dicho y que nuestro Señor os conceda toda suerte
de felicidades en el año que va a comenzar. Además
no os olvidéis de dar gracias a la bondad de Dios
por los muchos beneficios que os dispensó durante
el tiempo ya transcurrido>>.(**Es6.95**))
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