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((**Es6.787**) alumnos, que daban pruebas de vocación al estado eclesiástico; y enviaba con preferencia a los que podían pagar la pensión entera. Para asistirlos añadió otros dos clérigos al clérigo Boggero, que fueron Domingo Bongiovanni y Bessa. Y aún había otros más en el Oratorio como Ghivarello y Ruffino, prevenidos para prestarse en ciertos casos como profesores. Así, pues, a fines de octubre de 1861, y gracias a don Bosco, como afirma el reverendo Vaschetti, al inaugurarse el nuevo curso, los alumnos de Giaveno eran doscientos cuarenta. Ya no se sabía dónde ((**It6.1044**)) encontrar sitio para más camas, pues estaban ocupados todos los rincones. En consecuencia, hubo que preparar y adaptar para dormitorio algunos locales, que antes eran buhardillas o huecos abandonados, que apenas si se empleaban para cuartos trasteros. En el programa impreso por Paravía para el año escolar 1861-62, se lee que se han abierto de nuevo las clases de cuarto y quinto de bachillerato, es decir Humanidades y Retórica. Todas las clases, pues, tenían sus profesores, residentes en el Seminario, elegidos como en el curso anterior de acuerdo con don Bosco. El clérigo Vaschetti enseñaba Humanidades, y al mismo tiempo, como Ecónomo y Prefecto, llevaba el peso de casi toda la dirección. (**Es6.787**))
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