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de los seiscientos. Imagina, pues, el trabajo de
don Bosco y el de don Víctor Alasonatti... Don
Bosco te saluda y te recomienda paciencia y
perseverancia en el bien>>.
Muchísimos de los alumnos eran aceptados
gratuitamente, a otros se les perdonaba la tercera
parte o la mitad de la pensión. Eran graciosas
algunas de sus expresiones al hacer estos actos de
caridad. Al aceptar al joven Audagnotto, que
después llegó a ser sacerdote y secretario
particular de monseñor Gastaldi, escribía al
reverendo Balladore, párroco de Beinasco el 23 de
octubre: <>.
Pero las atenciones, que prestaba a los nuevos
alumnos a su llegada, no le impedían interesarse
vivamente por la suerte y el porvenir de aquellos
jóvenes de las diócesis de Asti y de Turín, que se
inclinaban a ingresar en el Seminario y por los
que ya habían vestido la sotana y deseaban seguir
los estudios en el Oratorio.
((**It6.1040**)) Don
Bosco escribía sobre el particular el canónigo
Sossi, Vicario General Capitular de Asti:
Queridísimo Señor Canónigo:
Llevo ya unas semanas pensando en darme un
paseo hasta Asti, pero los asuntos de esta casa me
lo han impedido hasta el momento. Voy a decirle
por la presente lo que quería exponerle de
palabra.
El clérigo Viale, a quien usted concedía
también dos meses de pensión, fue a su casa por
motivos de salud, y yo he transferido el favor al
clérigo Fagnano por considerarlo verdaderamente
digno de tal premio, el cual pasó aquí todas las
vacaciones y desearía seguir, si nada se opone de
su parte.
Si el traspaso a Fagnano del favor concedido a
Viale ofreciera alguna dificultad, tendré
paciencia y todo quedaría a mi cargo.
Para el mismo Fagnano pediría la pensión
entera. La conducta y aplicación de este joven le
hacen merecedor de toda consideración.
Tocante a los de Asti, que rindieron examen
este año, he aquí lo que sé de ellos. Bossetti y
Ferraris cursan aquí el primer año de Filosofía, y
visten de paisano. Ciattino va a Asti. Galletti,
de Cúnico, todavía no ha dicho nada. Los dos
hermanos toman la sotana en Villa San Secondo y
necesitan de su caridad. El padre tiene buena
voluntad, pero no puede pagar; para éstos pido
veinticinco liras al mes por cada uno; para lo
restante pensaré yo, es decir, lo pondría en las
manos de la Providencia de Dios.
Tengo todavía otro querido jovencito de
Viarigi, Lorenzo Preda, aprobado con notas
sobresalientes para el segundo de Retórica. Hace
tres años que lo mantengo gratuitamente; sus
padres no pueden contribuir con nada. Es muy
recomendable por su talento y piedad, y desea
vestir la sotana; pero lo necesita todo; si usted
pudiese
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