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para no verse obligado a hacer volver a los
postulantes de vacaciones con un gasto
considerable. Habíale pedido también algún
subsidio.
Por fin recibió la carta de monseñor Fransoni,
cuando estaba en Vercelli.
Carísimo don Bosco:
Hasta ayer, gracias a un paquete postal, que me
ha llegado de Turín por una ocasión particular, no
recibí su carta del 22 de julio. En consecuencia,
por lo que hace a la petición del examen privado,
ya es asunto sin solución, pues observo en el
calendario que estaba fijado para el 19 de agosto.
Pero no se disguste por ello pues no habría creído
oportuno contentarle, dado que también los de la
Pequeña Casa de la Providencia, es decir del
Cottolengo, se presentan al examen general, y si
yo abriera paso a los privados, no habría paz ni
freno:
En cuanto a la segunda petición, no ignora
usted que me han quitado todas las rentas del
Arzobispado; por lo tanto no puedo hacer mucho.
Sin embargo, como sería locura esperar que bastaba
mi sola bendición para poner en marcha la obra,
vaya usted al banquero Piaggio, a las órdenes del
canónigo Fantolini, que ya está prevenido para
darle lo que puedo.
Rece y haga rezar por mí, que con los
sentimientos de mi más cumplida estimación me
profeso una vez más.
Lyon, 15 septiembre de 1861.
Su seguro y
afectísimo servidor
LUIS, Arzobispo de Turín.
((**It6.1009**)) En
Vercelli había que consagrar y dedicar la basílica
parroquial, dedicada a Santa María la Mayor. Los
feligreses, animados expresamente con un discurso
de su párroco, don Juan Momo, para contribuir con
ofertas a la restauración y decorado de aquel
templo, habían respondido a la llamada con unánime
generosidad. Bajo la dirección del conde Eduardo
Mella, distinguido en las ciencias y en las artes,
se comenzaron los trabajos a mediados de abril y
llegaron a su término a mediados de septiembre. La
nueva basílica recibía el nombre de la antigua,
célebre por sus sagrados fastos no menos que por
su antigüedad pagana. Tenía que consagrarla
monseñor Antonio Gianotti, antes arzobispo de
Sássari y ahora obispo de Saluzzo.
En las notas aclaratorias de un cántico,
impreso por el profesor Juan Bautista Chionetti y
dedicado a título de aprecio y gratitud por los
feligreses a su Excelencia el arzobispo Alejandro
d'Angennes, se lee el anuncio siguiente:
<< 15 de septiembre de 1861, día de la
consagración y dedicación de la Iglesia.
>>Durante la tarde de este mismo día se
celebrarán solemnes vísperas, con música y
acompañamiento de órgano del renombrado
(**Es6.761**))
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