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((**Es6.760**) al contrario, se complacía en revelar los verdaderos méritos de cualquier persona siempre que se le brindaba la ocasión, lo mismo de palabra que por escrito. ((**It6.1007**)) Imponía este justo proceder también a sus pensamientos, por lo que no se permitió juzgar de mala manera al prójimo, salvo que los hechos fueran realmente malos y notorios. Entonces achacaba la falta a ignorancia, a debilidad humana, o a consejeros imprudentes más que a verdadera malicia; y al mismo tiempo recordaba para sí mismo y para los demás el dicho de san Pablo: -Qui stat, videat ne cadat. (El que está en pie, mire no caiga)>>. Refiere la crónica de Ruffino el 10 de septiembre: <>-Por favor, apunté yo que el 3 de junio, al anunciarnos el ejercicio de la buena muerte, nos exhortó a hacerlo bien diciendo que uno de nosotros no lo volvería a hacer. >>Don Bosco me respondió: >>-Dentro de poco podré decirte quién era el interesado. El estaba en casa cuando yo dije lo que tú me recuerdas, pero entonces ni siquiera hizo el ejercicio de la buena muerte. Te diré, además, que vi en sueños a los jóvenes del Oratorio que hacían este ejercicio; faltaban algunos y uno de éstos era precisamente el dicho joven. Le vi cosiendo una sábana fuera de la iglesia y le pregunté: >>-Qué estas haciendo? >>-Me estoy cosiendo la sábana, respondió, para volverme a echar en cama. >>-íPero los otros van a la iglesia para el ejercicio de la buena muerte! >>-íOh!, yo ya no voy>>. Este había salido, pues, del Oratorio y don Bosco ya no había sabido más de él. Pero estas preguntas y otras, como luego veremos, nos hacen comprender que él no podía aventurarse a dar semejantes anuncios, si no estaba seguro de la verdad, ante centenares de testigos, que no olvidadan nada. En el mes de septiembre seguía cumpliéndose la previsión de las enfermedades. Refiere Ruffino que <((**It6.1008**)) está gravemente enfermo y se teme muchísimo por su vida. Ya se le administró la unción de los enfermos>>. A pesar de todo, este joven curó. Entretanto había estado don Bosco esperando contestación a una carta dirigida al arzobispo de Turín. Le había pedido la facultad de presentar al examen para la toma de sotana a cierto número de sus alumnos antes del tiempo fijado para todos los aspirantes, quizá (**Es6.760**))
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