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((**Es6.759**) muchos comensales; uno de ellos comenzó a hablar mal de los canónigos de la Catedral y el Vicario General. Dijo, entre otras cosas, que no iban al coro más que por percibir los frutos del beneficio y las prebendas. Dejóle don Bosco hablar un rato y después, volviéndose a él, reprendióle en estos términos. -Pero, dígame, se da usted cuenta de su mala acción? Sería capaz de indicarme un solo canónigo que tenga la intención que usted dice y demostrar su afirmación con verdaderas pruebas? Y aun cuando hubiese uno, dos y más, que obraran con ese fin, cree usted que, juntamente con éste, no puedan tener otro fin digno de alabanza? No sabe lo que dice san Francisco de Sales: que si una acción de nuestro prójimo ((**It6.1006**)) presenta cien aspectos, noventa y nueve malos y uno bueno, debemos juzgarla buena por este único aspecto? <>Siempre se atenía a esta misma regla, cuando tenía en casa o a la mesa forasteros, que se permitían hablar desfavorablemente de las autoridades eclesiásticas o de las personas. El sabía oportunamente poner de relieve alguna buena cualidad de los que eran blanco de la maledicencia; y, si los otros insistían en sus afirmaciones, entonces decía: >>-Del prójimo hay que hablar bien, o callar. >>Si la murmuración venía de personas superiores a él, o sobre las cuales no tenía autoridad, interrumpía con garbo, haciendo caer la conversación sobre algún otro asunto; y si no lograba su intento, salía incluso en defensa de aquéllos contra los cuales se murmuraba; y llamaba la atención sobre la injusticia que se comete al difamar a quien, por estar ausente, no podía defenderse exponiendo sus razones. >>Hablaba a menudo contra la murmuración, afirmando que era uno de los mayores enemigos de la casa y de cuando en cuando daba como florecilla a los jóvenes, el evitar este vicio. Era la maledicencia una de las cosas que más disgusto le causaban, y cuando se enteraba o veía olvidadas sus prohibiciones por alguno de sus alumnos, le reprendía severamente. Además nunca cedía a la tentación de proferir palabras o referir hechos que pudieran lastimar la fama de alguien; (**Es6.759**))
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