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muchos comensales; uno de ellos comenzó a hablar
mal de los canónigos de la Catedral y el Vicario
General. Dijo, entre otras cosas, que no iban al
coro más que por percibir los frutos del beneficio
y las prebendas. Dejóle don Bosco hablar un rato y
después, volviéndose a él, reprendióle en estos
términos.
-Pero, dígame, se da usted cuenta de su mala
acción? Sería capaz de indicarme un solo canónigo
que tenga la intención que usted dice y demostrar
su afirmación con verdaderas pruebas? Y aun cuando
hubiese uno, dos y más, que obraran con ese fin,
cree usted que, juntamente con éste, no puedan
tener otro fin digno de alabanza? No sabe lo que
dice san Francisco de Sales: que si una acción de
nuestro prójimo ((**It6.1006**))
presenta cien aspectos, noventa y nueve malos y
uno bueno, debemos juzgarla buena por este único
aspecto?
<>Siempre se atenía a esta misma regla, cuando
tenía en casa o a la mesa forasteros, que se
permitían hablar desfavorablemente de las
autoridades eclesiásticas o de las personas. El
sabía oportunamente poner de relieve alguna buena
cualidad de los que eran blanco de la
maledicencia; y, si los otros insistían en sus
afirmaciones, entonces decía:
>>-Del prójimo hay que hablar bien, o callar.
>>Si la murmuración venía de personas
superiores a él, o sobre las cuales no tenía
autoridad, interrumpía con garbo, haciendo caer la
conversación sobre algún otro asunto; y si no
lograba su intento, salía incluso en defensa de
aquéllos contra los cuales se murmuraba; y llamaba
la atención sobre la injusticia que se comete al
difamar a quien, por estar ausente, no podía
defenderse exponiendo sus razones.
>>Hablaba a menudo contra la murmuración,
afirmando que era uno de los mayores enemigos de
la casa y de cuando en cuando daba como florecilla
a los jóvenes, el evitar este vicio. Era la
maledicencia una de las cosas que más disgusto le
causaban, y cuando se enteraba o veía olvidadas
sus prohibiciones por alguno de sus alumnos, le
reprendía severamente. Además nunca cedía a la
tentación de proferir palabras o referir hechos
que pudieran lastimar la fama de alguien;
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