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feliz o desdichada; que la gracia de nuestro Señor
Jesucristo nos ayude en la vida y en la muerte y
esté con nosotros a lo largo del camino que
conduce al Cielo. Así sea:
Armonía del viernes, 15 de noviembre, hacía el
elogio de esta biografía:
Es un librito de unas cien páginas, escrito por
el conocido y óptimo sacerdote don Bosco. No cabe
duda de que el solo nombre del autor dice por sí
cuán agradable y provechoso, especialmente
((**It6.966**)) para la
juventud, ha de resultar este breve escrito. La
manera fácil y natural con la que narra las
hermosas acciones que hicieron admirable al
jovencito Magone, alumno del Oratorio de San
Francisco de Sales, no podrá menos de causar suave
violencia al lector para enamorarlo de la virtud e
inspirarle aversión a todas las frivolidades de la
tierra. Hemos recomendado ya varias veces estas
queridas Lecturas y sentimos una gran satisfacción
al verlas difundirse más y más, gracias a la
solicitud de tantas buenas personas, que trabajan
por oponer buenos libritos a la multitud de
librejos perversos que inundan el mundo.
Para la fecha del regreso de los alumnos de sus
vacaciones el consabido tipógrafo Paravía
publicaba el número de las Lecturas Católicas
correspondiente al mes de octubre: Pontificado de
San Dionisio con un apéndice sobre San Gregorio
Taumaturgo, por el sacerdote Juan Bosco (L). En él
se exponen también las glorias de algunos mártires
de aquel tiempo y los tremendos y prolongados
castigos de Dios contra los idólatras.
Se reimprimía, al mismo tiempo, la Biografía de
Domingo Savio, y se lee en Armonía del 25 de
agosto:
Este precioso librito, que salió por vez
primera como una de las entregas periódicas de las
nunca bastante alabadas Lecturas Católicas de
Turín, ha tenido ya el honor de tres ediciones.
Pero en la última, precisamente hablamos ahora de
ella, su distinguido autor, don Bosco, añade un
hermoso apéndice con la narración de muchas
gracias obtenidas de Dios por la intercesión del
jovencito, cuya vida describe que, no lo dudamos,
resultará tan agradable como el resto de la obrita
a los católicos y piadosos lectores. No gastaremos
muchas palabras para recomendar esta meritísima
obrita.
Baste decir que ya hace tiempo se emplea como
texto de lectura en muchas escuelas de Toscana, y
que personas muy doctas y autorizadas por todo
concepto han declarado que no pudieron tener en
sus manos este libro sin devorarlo, con sumo
deleite y ventaja espiritual, de cabo a cabo. No
basta saber escribir, es menester también saber
hacer leer. Pues bien, ((**It6.997**)) si don
Bosco posee este secreto tan raro en todos sus
escritos, y estamos muy satisfechos en poderlo
afirmar, lo posee en sumo grado en este librito,
que por tercera vez manda imprimir, y que nosotros
anunciamos con el mayor gusto.
No es posible imaginar el entusiamo con que
eran recibidos y leídos estos libros. Se
imprimieron cientos de miles de ejemplares.
Especialmente en Toscana, se estudiaban las
primeras obras de don
(**Es6.752**))
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