((**Es6.751**)
mártires Mario, Marta, Audifax y Habacuc y su
martirio, con un apéndice sobre el Santuario a
ellos dedicado cerca de Caselette, por el
Sacerdote Juan Bosco. Discurre acerca del culto
prestado a estos mártires, de sus preciosas
reliquias y los portentos obrados por su
intercesión.
Para septiembre recibían los que estaban
pasando las vacaciones otro número escrito con
gran amor: Breves noticias biográficas del
jovencito Miguel Magone, alumno del Oratorio de
San Francisco de Sales, por el sacerdote Juan
Bosco. A sus alumnos iba dirigida la introducción:
Queridos jóvenes:
Uno de los que entre vosotros esperaba con más
ilusión la publicación de la vida de Domingo
Savio, fue Miguel Magone. Solía ingeniarse para
obtener de unos y de otros las noticias
particulares que se contaban de aquel modelo de
virtud y luego se ponía a imitarlo con todas sus
fuerzas. Mas su verdadera ilusión era tener
reunidas y escritas juntas las virtudes de quien
había elegido por su modelo. Pero no había podido
leer más que unas cuantas páginas, cuando el
Señor, poniendo fin a su vida mortal, lo llamó
también a él a gozar, como esperamos fundadamente,
de la paz de los justos en unión del amigo a quien
se propuso imitar.
La vida singular, y si queréis un poco
romántica, de Magone despertó en vosotros el deseo
de tenerla también impresa ((**It6.995**)) por lo
que me lo pedisteis repetidamente. Movido por
vuestro ruego y por el afecto que también yo tenía
al que fue nuestro común amigo y persuadido
asimismo de que un trabajillo de estas
características, además de resultaros agradable,
podría ser de mucho provecho para vuestras almas,
me decidí a daros cumplida satisfacción, y
habiendo tomado buena nota de cuanto ocurrió ante
nuestros mismos ojos, os lo presento todo impreso
en este breve libro.
En la vida de Domingo Savio pudisteis observar
cómo la virtud nació con él y cómo la cultivó
hasta el heroísmo a lo largo de su vida.
En ésta de Magone, en cambio, nos vamos a
encontrar con un jovencito que, abandonado y sin
guía, corría riesgo de emprender el camino del
vicio, pero que, en cuanto oyó el amoroso
llamamiento del Señor, correspondió tan
generosamente a la gracia divina que dejó
maravillados a todos cuantos le conocieron. Quedó
en claro una vez más cuán prodigiosos son los
efectos de la gracia de Dios en quien se esfuerza
por corresponder.
En este libro vais a encontrar bastantes
acciones que admirar y muchas que imitar y de paso
podréis someter a vuestra consideración
determinados dichos y hechos a todas luces
superiores a un chico de catorce años. Pero,
precisamente porque éstas son cosas nada comunes,
me parecieron dignas de ser escritas. Todo el que
me lea puede estar seguro de la verdad de lo
escrito ya que mi trabajo no fue otro que el de
ordenar y dar forma biográfica a lo ocurrido a la
vista de muchos testigos. En cualquier momento se
podría interrogar a estas personas sobre lo que yo
aquí expongo.
La Providencia que alecciona al hombre,
llamando a su tribunal lo mismo a viejos
decrépitos que a jovencitos imberbes, concédanos
el gran favor de encontrarnos debidamente
preparados en aquel momento, del que ha de
depender nuestra eternidad
(**Es6.751**))
<Anterior: 6. 750><Siguiente: 6. 752>