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cada vez más hasta el extremo de que nos vimos
obligados a despedirlo.
Pero de todos modos es evidente que hemos
recibido, especialmente este año, muchas pruebas
de la bondad de Dios con el Oratorio. Todos estos
hechos demuestran que el Señor reina en nuestra
casa, que nos protege y nos defiende, que pone en
marcha y hace avanzar todas nuestras cosas. íAy de
nosotros, si no correspondemos!
Siguió hablando de las visiones mencionadas,
contestando a lo que le habían preguntado los
clérigos:
-Tocante a la Santa Hostia, yo nunca fui
favorecido con signos sensibles o apariciones,
excepto la multiplicación de las hostias. íFue
realmente un hecho hermoso y sorprendente!
-Es verdaderamente cierto este hecho?, preguntó
uno.
-íSí!; es cierto. Una mañana, cuando no había
en casa más sacerdote que yo (1854), celebraba la
misa de la comunidad, como de costumbre. Después
de consumir la hostia y el cáliz, empecé a
repartir la santísima comunión a los muchachos.
Había en el copón unas pocas Hostias, tal vez diez
o doce. Al principio, como se presentaron pocos,
no vi la necesidad de partirlas, pero, después de
comulgar los primeros, llegaron otros y luego más,
de modo que se llenó el comulgatorio tres o cuatro
veces. Hubo por lo menos cincuenta comuniones. Yo
quería volver al altar, después de comulgar los
primeros, para partir las partículas que quedaban;
pero, como me parecía ((**It6.971**)) que
estaba viendo en el copón siempre la misma
cantidad, seguí repartiendo la comunión. Y así
continué sin advertir que disminuyeran las
partículas y, cuando llegué al último de los que
querían comulgar, encontré en el copón, con enorme
sorpresa, una sola y con ésta le di la comunión.
Y repitió:
-Sin saber cómo, yo había visto multiplicarse
aquellas hostias.
Al llegar a este punto de su relato, escribe
don Juan Bonetti. <>
Y concluye: <>Decían unos: -Me parece que debe de ser
fulano. -Y otros: -Me parece que es mengano. Mas
nada de cierto se logró saber. Pero yo supe por un
amigo, al que confió el secreto del mismo sujeto
que tuvo la aparición del globo, el nombre que
deseaba conocer.
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