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<>Como los alumnos le preguntaran por su salud,
respondió:
>>-Si yo hubiese tenido que dar un consejo a
quien se encontrase en mis condiciones, le hubiera
mandado acostarse, recomendándole que llamara al
médico; mas yo no lo quise hacer, porque
seguramente los médicos me habrían recetado un
montón de medicinas, me habrían aplicado sangrías
y me hubieran obligado a descansar; tanto más que
se trata de flujo ((**It6.933**)) de
sangre al estómago, mal al que dan los médicos
muchísima importancia.
<>-Yo no pienso nunca que la muerte puede
truncar mis planes, sino que hago cada cosa como
si fuera la última de mi vida. Comenzaré una
empresa, tal vez no tendré tiempo suficiente para
llevarla a cabo, pero no importa; haré cuanto
pueda, aun cuando fuese aquél el último de mis
días. Trabajo sin descanso, como si hubiese de
vivir todavía muchos años.
>>El domingo, 12 de mayo, después de la función
de iglesia, a eso de las seis de la tarde, se
celebró la conferencia de san Francisco de Sales.
Don Bosco habló en los términos siguientes:
>>-En la última conferencia hemos tratado de la
caridad, pero de la que nos es común con todas las
personas del mundo; es decir, aumentar el número
de los amigos y disminuir el de los enemigos. Pero
nosotros debemos practicar otra de orden muy
superior. Tenemos que imitar a nuestro Salvador
que coepit facere et docere (comenzó a hacer y a
enseñar): primero hacer, primero practicar la
caridad con nosotros mismos para nuestra
salvación, vencernos a nosotros mismos, vencer
nuestra soberbia. Habrá alguna regla que
desagrada, algún cargo u otra cosa que nos
repugna; no nos dejemos desalentar, venzamos esa
disposición desfavorable del ánimo por amor a
nuestro Señor Jesucristo y al premio que nos
espera... Haciendo así, vendrá luego la verdadera
obediencia. Este es el eje en torno al que gira
toda la vira religiosa: Qui vult venire post me
abneget semetipsum, tollat crucem suam et sequatur
me. (Quien quiera venir en pos de mí niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame). Renegar a nuestra
voluntad, llevar la cruz cada día, como dice san
Lucas, y seguir al Salvador.
(**Es6.704**))
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