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((**Es6.700**) y podréis alcanzar la más completa victoria sobre todos los demonios que os vengan a tentar contra la virtud de la modestia. ((**It6.927**)) >>-Y qué medios para quitar el candado de la boca? Don Bosco respondió las mismas palabras que le había dicho aquel amigo misterioso: auferatur superbia de cordibus eorum (quítese la soberbia de sus corazones). >>Dirigiéronle otras preguntas respecto al trabajo que cada uno realizaba, pidiéndole las correspondientes explicaciones: >>-Qué más nos puede decir sobre el campo de trigo? >>-Los que en él trabajaban son los llamados al estado eclesiástico; de forma que sé quién se hará sacerdote y quién no. Mas no penséis que los que estaban cavando eran los excluidos absolutamente del ministerio. íOh no! Vi a algunos aprendices segar el trigo con los demás. A los tales los reconocí y los dedicaré a estudiar. Algún otro iba a agarrar la hoz, pero el que las distribuía no se la quiso dar, porque le faltaba alguna virtud. Si las adquiere, el Señor le llamará, si no se hace indigno de la vocación. Pero, tanto los que cavaban como los que segaban, cumplían la voluntad de Dios y estaban en el camino de la salvación. >>-Qué significaban los bocados de comida y las flores? >>-Había quienes iban al campo y deseaban segar, pero Provera no les quería proporcionar la hoz, porque no estaban aún capacitados para trabajar y, en cambio, les decía: >>-A tí te falta una flor. O bien: te faltan dos flores. Debes tomar todavía un par de bocados. >>Estas flores simbolizaban, bien la virtud de la caridad, bien la virtud de la humildad, bien la pureza. Los bocados de alimento significan el estudio y la piedad. Al oír esto, los jóvenes iban a cortar las flores indicadas o a comer los bocados que les habían dicho y después volvían en busca de la hoz. >>También le preguntaron sobre las escenas que había visto cada vez ((**It6.928**)) que daba diez vueltas a la rueda, relacionadas con el desarrollo de la Pía Sociedad. >>Don Bosco respondió: >>-Un largo intervalo de tiempo separaba a cada diez vueltas de la rueda, para que yo pudiese examinar tranquilamente todos los detalles de las escenas que se ofrecían a mi vista. Desde el principio después de las primeras vueltas, contemplé a la Congregación ya formada y bien ordenada y a un buen número de hermanos y de jóvenes ocupando las distintas casas. Al sucederse las vueltas, apreciaba, vez por vez, un nuevo espectáculo. Ya no veía a muchos de (**Es6.700**))
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