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y en Escocia. En cuanto a disgustos, después de
dejar el Oratorio, los he tenido y bastante
graves.
Así nos lo contaba, sin poder prever todavía lo
que le quedaba por sufrir. Como licenciado en
Filosofía y Letras que era, fue durante muchos
años preceptor en casa de familias nobles,
profesor de retórica en varios Seminarios,
director de un Colegio; pero, al fin, por diversas
circunstancias, se vio obligado a pedir una plaza
de capellán en Nuestra Señora de la Consolación,
y, al caer enfermo, retiróse a la Pequeña Casa de
la Divina Providencia.
Añade la crónica de Ruffino. <<10 de febrero.
Hoy dijo don Bosco al joven Francisco Dalmazzo:
-Vivirás cuarenta y nueve años, vestirás el hábito
clerical y te quedarás en el Oratorio. Después de
la muerte de don Bosco, te harán canónigo>>.
(Nació el 18 de julio de 1845 y murió el 10 de
marzo de 1895, siendo Rector del Seminario de
Catanzaro).
Algunas semanas después, don Bosco vaticinaba
sobre sí mismo de una manera sorprendente. Leemos
en las memorias de Ruffino: <>-Y se quedará en Roma?
>>-íOh, no! íVolveré!
>>Esto lo dijo a unos pocos>>.
La profecía se cumplió con gran precisión, pues
fue a Roma para la consagración del templo por él
levantado y dedicado al Sagrado Corazón de Jesús,
como lo demostraremos a su tiempo. En 188 7 muy
bien podía decirse que eran tranquilos los tiempos
y que la Iglesia estaba libre en comparación con
las violencias del 1861. En efecto, monseñor
Gallo, obispo de Avellino, arrestado en Nápoles el
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febrero de 1861, fue conducido violentamente a
Turín después de un largo y desastroso viaje,
parte por mar y parte por tierra. Aquí fue llevado
a lo que fue la casa de los Padres de la Misión,
junto al Cardenal De Angelis, donde quedaron
recluidos los dos hasta 1866. Su presencia en las
propias diócesis hacía sombra al Gobierno.
Eran días muy tristes para la Iglesia. Más de
setenta obispos fueron alejados de su sede o
encarcelados. Un sinnúmero de sacerdotes fue hecho
prisionero. Fusilaron a sesenta y cuatro de ellos
y a veintidós religiosos. El comisario Pépoli
abolió en diciembre de 1860 las órdenes religiosas
y confiscó los bienes eclesiásticos en Umbría; y
fue imitado en las Marcas por el comisario
Valerio. En el reino de
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