((**Es6.640**)
>>Y con estas palabras se desentendió de nosotros
y nos hizo reír la mar. Después, echándonos una
mirada, en la que brillaba la más tierna
complacencia, agrupándonos aún más en torno a él,
nos dijo:
>>-íDichosos vosotros, que todavía sois jóvenes
y tenéis por delante mucho tiempo para hacer
hermosas obras para el Señor y ganar méritos para
el paraíso; yo, en cambio, (y lo decía conmovido)
ya soy viejo, pronto tendré que irme a la hoya y
presentarme al Señor con las manos vacías.
>>Entonces uno de nosotros observó:
>>-No diga usted eso; usted trabaja día y
noche, no se da un momento de reposo y, por tanto,
no puede decir que tiene las manos vacías.
>>-íSí, sí! -replicó él-, pero lo que yo hago,
debo hacerlo en cumplimiento de mi deber: soy
sacerdote y aun cuando yo diera mi vida, no haría
más que mi estricto deber.
>>-Si ello es así, añadió uno, entonces es
mejor no hacerse sacerdote.
>>-íDespacio, amigo! Y cuando el Señor nos hace
sentir que lo quiere así? No se puede resistir,
hay que obedecer. Por lo demás, me tranquiliza el
pensamiento de que el Señor es rico en
misericordia y que, cuando nos presentemos ante El
y le podamos decir fecimus quod jussisti (hicimos
lo que mandaste), no podrá menos de dirigirnos
aquellas consoladoras palabras: Euge, serve bone
et fidelis, quia super pauca fuisti fidelis, super
multa te constituam; intra in gaudium Domini tui
(Ea, siervo bueno y fiel, porque fuiste fiel en lo
poco, te colocaré en alto lugar; entra a gozar de
tu Señor)>>.
((**It6.848**)) <<17 de
febrero. Hoy domingo, dijo don Bosco:
>>-Esta vez el demonio sufre bancarrota en el
Oratorio; podemos decir que queda casi totalmente
arruinado. Cierto que es un enemigo que nunca se
da por vencido: volverá a acometernos, nos atacará
uno a uno en guerra de guerrillas; por lo tanto es
preciso que cada cual esté alerta; mas, por ahora,
ha recibido una buena paliza, como tal vez no la
recibió nunca de una comunidad. Os digo
sinceramente que el efecto de aquel sueño es un
hecho tal, cual no se lee en la historia; íes algo
nunca oído! Ante el mundo es una necedad, pero
ante Dios os aseguro que no se podría desear más.
Por mucho que dure el Oratorio, no se volverá a
ver nunca un hecho parecido. íDeo gratias!
>>Le invitamos entonces a escribir el sueño y
respondió:
>>-No, no puedo por dos motivos. Primero,
porque hay cosas que no puedo contar por escrito,
ya por lo que a mí se refiere, ya por
consideración a determinadas personas. El segundo
motivo es porque
(**Es6.640**))
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