((**Es6.628**)
En su crónica del 15 de enero, dejó Ruffino
consignado:
<>Hoy, algunos hicieron a don Bosco la
siguiente pregunta:
>>-Cómo es que habiendo tenido este sueño en
vísperas de la fiesta de Navidad, tardó tanto en
contarlo en público?
>>-Os repetiré lo que os dije en otra ocasión
-replicó don Bosco-;después de tener este sueño,
no quise por una parte dar importancia a cuanto en
él había visto, pero por otra ((**It6.832**)) me
parecía que la tenía; por eso hube de reflexionar
durante algunos días sobre la conducta que debía
seguir. Después llamé a un joven de los que había
visto en el mismo horriblemente cubierto de llagas
y le dije:
>>-Tú te encuentras en tal estado de
conciencia. Lo deducía del estado en que lo había
visto.
>>El tal me respondió que, efectivamente, era
así como yo decía. Llamé a otro y me dio la misma
respuesta; coincidiendo su contestación con lo que
yo había observado. Vi que también se cumplía en
un tercero cuanto yo había visto. Entonces no me
cupo ya la menor duda. En aquel sueño se me había
manifestado el estado de las conciencias de todos
los jóvenes; el estado presente y hasta el futuro
de muchos de ellos>>.
Don Bosco aseguró también a algunos de sus
íntimos:
<>
Y prosigue Ruffino en su crónica,
correspondiente al 16 de enero:
<>-Cuando se trata de la ofensa de Dios, no hay
que tener nada en consideración con tal de que se
llegue a impedirla.
>>Don Miguel Rúa entonces le preguntó:
>>-Lo que nos ha contado es sueño o realidad?
>>-Ni yo mismo lo sabría precisar. Lo cierto es
que ((**It6.833**)) cuando
hubo terminado, me encontraba sentado en la cama y
por cierto que sentía mucho frío.
>>Y al decir esto, sonreía.
>>Que cuanto don Bosco contaba no eran simples
sueños, lo demuestran los efectos de sus relatos.
>>Cuando Francisco Dalmazzo llegó al Oratorio,
don Bosco le preguntó:
>>-Qué quieres ser cuando hayas terminado aquí
los estudios?
>>-Farmacéutico o algo parecido -respondió el
jovencito.
(**Es6.628**))
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