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que sería Obispo de Albenga, ((**It6.809**)) y que
demostraría la inocencia del canónigo Cairaschi,
injustamente acusado. Lo que se cumplió al pie de
la letra, y el padre Dania, ya Obispo, dio
testimonio de ello ante las religiosas, como lo
refiere sor Luisa Rosa que estaba entonces
presente, y muchas otras hermanas atestiguan
haberlo oído contar a las más ancianas.
Predijo además que a Gregorio XVI le sucedería
un Papa Pío, de nombre, de índole y de costumbres,
el cual perdería el trono, pero lo recobraría por
mediación de Napoleón. Esta predicción fue
atestiguada con juramento por muchas personas, que
la oyeron repetir varias veces, y especialmente
por el abogado Felipe Ghu, de Taggia, procurador
del monasterio, el cual decía a menudo bromenado a
Sor Rosa:
-Entonces, veremos pronto resucitar a Napoleón?
Y ella respondía:
-Usted no lo sabe, pero verá al Papa repuesto
por Napoleón en su trono. Veis aquella estrella?,
repetía muchas veces a las monjas señalando la
estrella de la tarde; me recuerda la reluciente
cruz que el Papa dará en agradecimiento a Napoleón
después de restablecerlo en su sede.
Monseñor Dealbertis, obispo de Ventimiglia,
cuando Pío IX huyó de Roma, escribió que creería
en las profecías de sor Rosa, cuando viese al Papa
respuesto en el trono por Napoleón.
<<íPobre Luis Felipe!, repetía a menudo. Huirá
de Francia, irá a morir desterrado en Inglaterra.
Saldrán muchas banderas tricolores con la del Papa
y obligarán a los sacerdotes a bendecirlas; ésta
será la señal de la guerra que estallará poco
después; el rey del Piamonte, Carlos Alberto,
acudirá el primero al combate y será vencido y
obligado a huir desterrado; morirá en los confines
de España 1 y le sucederá su joven hijo
primogénito, etc., etc.,>>.
Y después de decir otras cosas más, continúa
prediciendo sor Rosa: <>.
Añadía: <((**It6.810**)) poder
temporal, y llamado sencillamente Obispo de Roma.
Esto sucederá en Italia, donde habrá muchos
mártires durante una guerra muy sangrienta contra
la religión>>.
Y después, hablando en particular de Taggia,
añadió: <>.
Volviendo después a hablar en general sigue
diciendo: <>.
Decía también más arriba que <>, en lugar de
<>. (N. del T.)
(**Es6.611**))
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