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((**Es6.580**) poco amigo de estudiar, y de su escasez de recursos, que no le permitían enviarle a un colegio para una completa educación e instrucción, diéronle éstos noticias de cierto sacerdote que había abierto un hospicio en Valdocco, donde con pocos gastos los alumnos obtenían buen resultado. Presentábales el padre la dificultad de que su hijo no se conformaría con esta determinación, pero éste, que estaba presente, dijo de pronto: -Papá, póngame allá y verá como sí que estaré conforme. Pero el muchacho, después de reflexionar sobre su promesa, e impresionado por la inminente pérdida de su ((**It6.769**)) libertad, al quedar encerrado entre cuatro paredes, fue a dormir. Aquella noche soñó. Le pareció que se encontraba en medio de un patio con unos papeles en las manos; que veía a muchos chicos aplaudiendo a un sacerdote que estaba en el balcón de una casa; y que él subía las escaleras e iba a besar la mano a aquel sacerdote. Algunos meses después entraba en el Oratorio. Había olvidado por completo el sueño y con alguna dificultad se adaptaba a la vida de colegio. Todavía no había visto a don Bosco, que había salido de Turín y debía estar ausente unas semanas. Un día le llamó el profesor de su clase durante el tiempo de recreo y le entregó un fajo de papeles para llevarlos a uno de los superiores. Mientras bajaba las escaleras oyó frenéticos y prolongados aplausos y corrió al patio, aplaudiendo y gritando él también: íviva! Don Bosco, que había vuelto de su viaje, estaba asomado al balcón. Hacíase realidad el sueño. El mismo patio, la misma muchedumbre de jóvenes, la misma casa, el mismo sacerdote que se le había aparecido; y él con los papeles en la mano. Se acordó entonces de todos los pormenores del sueño y, queriendo que se realizara completamente, subió al balcón y besó la mano a don Bosco. Fue este beso como una protesta de perpetuo afecto filial, como él mismo nos afirmaba profundamente conmovido, ya avanzado en años. Otro hecho parecido pertenece a estos tiempos. El mismo a quien le pasó, nos lo describió en los términos siguientes: <>-Sé cuerdo, me dijo; aquí ((**It6.770**)) pasarás tu vida. >>Me hizo tanta impresión aquel sueño que, durante varios días, lo recuerdo muy bien, anduve retirado, devoto y más asiduo a la (**Es6.580**))
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