((**Es6.574**)
veinte camas de hierro cada semana, hasta que cada
alumno tuviese la suya. En unos meses quedó
satisfecho el deseo de la señora Rópolo. Desde
luego don Bosco no había obtenido ningún premio de
la lotería, pero había pasado la Divina
Providencia. En efecto, las camas estaban pagadas.
Esta innovación, que comenzó por los
dormitorios de los estudiantes, obligó a don Bosco
a redactar un nuevo prospecto para la admisión de
alumnos, cuyos padres solicitaban su ingreso en el
Oratorio para cursar estudios. Y como las
peticiones eran muchas y se necesitaba una
garantía, que diera tiempo para conocer la
condición y las intenciones de los padres y las
disposiciones de los alumnos, por su conducta
moral e intelectual, impuso una cuota fija para
los dos primeros meses de estancia en el Oratorio.
Era una medida necesaria para impedir que
corrieran a cargo del Oratorio los que no merecían
disfrutar de la beneficencia. Claro que don Bosco,
movido por su caridad, sabía hacer muchas
excepciones.
He aquí las condiciones que imprimió y
distribuyó; eran las siguientes:
PARA LOS APRENDICES
1. Ser huérfanos de padre y madre.
2. Tener doce años cumplidos y no pasar de los
dieciocho.
3. Ser pobres y desamparados.
((**It6.761**))
PARA LOS ESTUDIANTES
1. Haber terminado los estudios elementales y
querer cursar el bachillerato.
2. Ser recomendables por su capacidad
intelectual y conducta moral.
3. Hacer una prueba de dos meses, con
veinticuatro liras mensuales de pensión, después
de los cuales se tomará una decisión definitiva.
DISPOSICIONES GENERALES
1. Está rigurosamente prohibido a los alumnos
guardar dinero consigo. El que lo tenga,
entréguelo al Prefecto de la casa; éste lo
devolverá, a petición, según la necesidad.
2. Todo pago, cualquiera que sea según lo
convenido, debera hacerse por trimestres
anticipados.
3. El Centro proporcionará a los alumnos cama
de hierro con jergón. Toda otra prenda de vestir y
la ropa de cama corren a cargo de los alumnos, a
excepción de quienes hagan constar su
imposibilidad, por pobreza.
Por aquellos días entró don Bosco en posesión
del inmueble que le había vendido la familia
Filippi. Se trataba de un cuadrilátero irregular
de terreno, separado del patio del Oratorio por
una tapia.
(**Es6.574**))
<Anterior: 6. 573><Siguiente: 6. 575>