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((**Es6.557**) Curia les había proporcionado ((**It6.738**)) escuelas y maestros, pero no sabía a qué carta quedarse para remediar los graves inconvenientes. Algunos ya habían dejado la carrera emprendida. Así, pues, don Bosco, al enterarse de los apuros de aquella Curia, había escrito al Vicario Capitular ofreciéndole el Oratorio para refugio de sus seminaristas. Contestóle el Vicario invitándole a ir a Asti para exponer de palabra su intención. Fue allí don Bosco, presentó su programa para la buena educación e instrucción de aquellos seminaristas y volvió a Turín, satisfecho de haber realizado una obra excelente para la Iglesia. Pero él ya tenía en Turín, entre los diversos alumnos de Asti, tres seminaristas, los cuales, acabados en el Oratorio los cursos del bachillerato y vestido el hábito talar, continuaban los estudios en el Seminario Metropolitano. Estos eran Juan Molino, Segundo Merlone y Carlos Viale, que habían ido de vacaciones a sus casas. Entendiendo don Bosco que sus inclinaciones no los llevaban a dedicarse a los estudios, ni a inscribirse en la Pía Sociedad; considerando que podrían ayudar mucho a los jóvenes paisanos, que iban a llegar de Asti, mediante la asistencia y el buen ejemplo; y estando seguro de que, formando con ellos un solo cuerpo unido y bien trabado, los encarrilarían a la observancia de los reglamentos y costumbres del Oratorio con mucha facilidad, escribió al canónigo penitenciario Juan Cerutti, para que concediera permiso a éstos para volver al Oratorio por un año y el favor de una pensión, como se había convenido para los demás. Contestóle el Canónigo en los términos siguientes: Rev. Sr. Don Juan Bosco: Con mucho gusto me encargué de defender, ante el Rev. Señor Vicario General, la cuestión de los seminaristas recomendados por V. S. No se ha perdido toda esperanza de recuperar el Seminario; pero, de ((**It6.739**)) todos modos, el Superior está muy de acuerdo con que los seminaristas nombrados pasen un año escolar en esa su Casa, donde no dejarán de recibir continuos ejemplos de virtud. En cuanto a la pensión de estos clérigos, el mencionado señor Vicario General dio muestras de estar muy favorablemente dispuesto y me encargó le dijera que antes de Todos los Santos hablará sobre el asunto con S.S. en Turín. Tocante a la circular en favor de las Lecturas Católicas, que fue preparada con anterioridad, como le había notificado, se difirió su publicación para dar lugar a otras de mayor urgencia. Pero le aseguro que la cuestión no queda en el olvido. Me encomiendo a sus oraciones y me declaro de corazón. De S.S. Desde la Curia Capitular de Asti a 2 de octubre de 1860 Seguro servidor J. CERUTTI, Canónigo (**Es6.557**))
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