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Entre tanto esperaba don Bosco de Roma una
contestación sobre las Constituciones, que llegó
en octubre.
Muy apreciado don Bosco:
En mi poder su pliego con el escrito acerca de
la Sociedad de San Francisco de Sales, junto con
su carta y la del clérigo Boggero. Con mucho gusto
acepto el encargo de leer el proyecto de
Reglamento de dicha Sociedad y de hacerle, si
fuera menester, las observaciones de la manera que
usted me indicó; mas, por ahora, no puedo
cumplirlo, pues no sólo no me he repuesto aún del
mal del pasado julio, sino que se me añadió otro,
por el que ya me han tenido que hacer cinco
sangrías. Y aunque me encuentro algo mejor, no
obstante, por prescripción de los médicos, debo
cuidarme mucho y sobre todo abstenerme de
cualquier ocupación, y eso será por algunos meses.
Así, pues, si el examen del mencionado documento,
que incluyó en su carta, puede diferirse, sin
perjuicio para ustedes, haré cuanto esté en mi
mano; en caso contrario, podrá usted dirigirse a
quien juzgue más oportuno ante el Señor. Esto le
escribo para su norma.
Me hará, pues, el favor de comunicar a mi
paisano el clérigo Boggero, que agradezco de
corazón su carta y el interés que manifiesta por
tener mis noticias y ver mi letra. Cuando me haya
repuesto y pueda dedicarme a escribir, no dejaré
de complacerle: y entretanto que me encomiende al
Señor, y siga rezando por mí, como espero lo hará
también usted con sus inscritos en la mencionada
Sociedad.
Y al exteriorizar los sentimientos de mi
estimación, paso a suscribirme.
De usted,
Roma, 14 de octubre 1860
Afectísimo de corazón
F. GAUDE, Card.
((**It6.727**)) Fue la
última carta del Cardenal a don Bosco. Este su
fiel consejero y alto protector falleció el 14 de
diciembre de 1860, y su muerte fue causa de que se
retardara más de lo necesario la aprobación de la
Pía Sociedad y de las Constituciones.
Pero el asunto que más preocupaba por aquellos
meses a don Bosco era dar nueva vida al Seminario
Menor de Giaveno. Iremos exponiendo este
acontecimiento desde sus comienzos hasta el fin,
con las mismas palabras que nos dijo don Francisco
Vaschetti en presencia de don Julio Barberis.
Algunos otros detalles nos los comunicaron don
Miguel Rúa, don Juan Bonetti, don Celestino
Durando, el canónigo Anfossi, el señor Tamone, de
Giaveno, y algunos otros testigos contemporáneos.
El día 25 de septiembre don Bosco envió a
Giaveno al clérigo Vaschetti con el cargo de
Prefecto (Administrador o Ecónomo). Al llegar
allí, se encontró con las desnudas paredes del
Seminario, que había sido despojado de todo. Ni un
cuadro ni un trozo de madera,
(**Es6.548**))
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