((**Es6.539**)
palabras del capítulo treinta y uno, versículo
veinte, del segundo libro de los Paralipómenos:
Operatus est bonum et rectum et verum... in
universa cultura ministerii domus Domini. (Obró lo
bueno y lo recto, lo verdadero... en el universal
y perfecto cumplimiento del servicio de la casa de
Dios).
>>Expuso fielmente las virtudes y excelentes
prerrogativas de don José Cafasso>>.
El periódico Armonía describió el funeral y
calificó la oración fúnebre de <>. Concluía el artículo anunciando: <>.
Fue este el segundo opúsculo que don Bosco
preparó para perpetuar la memoria de su
incomparable maestro; de él puede deducirse que lo
tenía por un gran santo. Deseaba escribir su vida
con mayor amplitud, e hizo diligencias para
recoger testimonios de sus hechos dignos de
memoria y de sus virtudes; pero, no pudiendo
dedicar a ello tiempo y trabajo por sus muchos y
apremiantes compromisos, encargó a varios teólogos
el cumplimiento de su deseo; mas, por diversas
dificultades, quedó malogrado su intento.
Por lo demás don Bosco guardó siempre consigo
como recuerdo, consuelo y norma, los reglamentos
de la Residencia Sacerdotal. Por veneración y
gratitud hacia su Maestro por los beneficios
recibidos, adornó las paredes de su habitación con
el retrato de don José Cafasso que cuidó con
cariño. íCuántas veces le oyeron los muchachos
hablar conmovido de éste su segundo padre! Se lo
proponía como modelo, recordaba ((**It6.715**)) sus
sabios consejos, especialmente el de conformarse
con la voluntad de Dios. Decía: <>.
Ya hemos dicho que en la crónica de don Domingo
Ruffino se lee la nota siguiente: <>.
Con esta frase había contestado a las preguntas
de quienes querían saber el éxito de los
acontecimientos que turbaban a Italia y amenazaban
al Papa. En el Oratorio reinaba el temor, y he
aquí que
(**Es6.539**))
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