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((**Es6.513**) que don Bosco es un conspirador, un enemigo de la patria, un mentiroso? -De ningún modo, jamás. Al contrario, siempre he reconocido en usted el modelo del hombre de bien; por eso quiero que, a partir de este momento, se dé por concluido todo litigio y se le deje a usted en paz. -Sí, repitió Farini: acábese todo y vuelva don Bosco a su casa, a ocuparse tranquilamente de sus muchachos y haciéndolo así, no sólo no será molestado, sino que gozará del agradecimiento y protección del Gobierno y del Rey. Pero prudencia, señor abate, prudencia, porque los tiempos son difíciles y un mosquito puede parecer un camello. -Puedo, entonces estar seguro de que ya no seré molestado por parte del Gobierno?, preguntó don Bosco. Puedo creer que el Gobierno está desengañado tocante a mi actuación, ((**It6.683**)) persuadido de que en mi casa no hubo ni hay nada que pueda interesar a la fiscalía? -Sí, le aseguramos, contestó Farini, que nadie le causará la menor molestia, y estamos todos convencidos de su honradez personal y de la condición benéfica de su institución; pero le advierto que se guarde de algunos que se hacen pasar por amigos, cuando en realidad son unos traidores. -Y ahora le ruego, señor Ministro, que si tiene algún consejo, aviso o prevención que darme para el Oratorio lo haga, como padre que desea el bien de sus hijos; pero no con amenazas, porque esto perjudicaría irreparablemente una obra, que costó solicitudes al Gobierno y a los particulares. En efecto, en mis necesidades excepcionales siempre acudí a los Ministros y siempre obtuve su ayuda económica. -Estamos de acuerdo... pero manténgase lejos de la política. -Yo no puedo mantenerme lejos de la política, porque nunca estuve en ella. No pertenezco a ningún partido. Se levantaron, se estrecharon los dos las manos y concluyó Cavour: -Así, pues, estamos de acuerdo, seremos siempre amigos, también en lo porvenir; y usted... rece por nosotros. -Sí, pediré a Dios que los ayude en la vida y en la muerte, terminó diciendo don Bosco. Y volvió a Valdocco, lleno su corazón de gratitud al Señor por haberle asistido en aquel riesgo que hubiera podido resultar fatal para él y sobre todo para los muchachos que vivían a la sombra de su caridad. (**Es6.513**))
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