((**Es6.467**)
-Porque usted me pregunta cosas que no tienen
nada que ver con la historia y temo contestar mal.
-Tranquilo, tranquilo, concluyó Gatti; me has
contestado bien.
Y tal vez, muy a su pesar, podemos afirmar
nosotros que el examinador no podía decir otra
cosa.
En la misma clase preguntó el caballero a otro
alumno:
-Cómo te llamas?
-Rópolo, de Villafranca.
-Qué curso haces?
-Cuarto curso de bachillerato.
-Conoces al Rey?
-Nunca le he visto, pero sé que Víctor Manuel
es nuestro Soberano.
-Soberano perverso que persigue a la Iglesia,
verdad?
-Esto no pertenece a la historia que debemos
estudiar y, por tanto, no sé qué responderle.
((**It6.622**)) -Si no
lo has estudiado en la historia, lo habrás oído
contar. íOs lo ha dicho don Bosco tantas veces! No
es cierto?
-Nunca lo he oído; al contrario, la historia de
Italia escrita por don Bosco, que nos sirve de
texto, hace un gran elogio de Víctor Manuel y de
sus antepasados.
-En conclusión, los perseguidores de la
religión son malvados, replicó otro de los tres; y
es así que Víctor Manuel es un perseguidor de la
religión, luego es un malvado.
-Usted, señor, conoce los hechos mejor que yo,
y podrá razonar de esta manera; pero yo nunca he
dicho ni oído decir, ni a don Bosco, ni a mi
profesor, que el Rey sea un malvado. Lo que yo sé
es que hace tiempo, habiendo caído enfermo el Rey,
ordenó don Bosco que se hicieran oraciones por su
curación y por la salud de su alma, y yo también
recé.
-Tú contestas lo que te han dicho.
-No señor; digo la verdad, según lo que me
dicta el corazón. Nadie me sugirió nada porque
ninguno pudo imaginar que usted me iba a hacer
preguntas semejantes.
En el tercer curso del bachillerato, donde
enseñaba el clérigo Juan Turchi, las preguntas
versaron sobre la geografía de Italia, y el
examinador pareció satisfecho por las prontas y
adecuadas respuestas del alumno Luis Jarach.
Después se dirigió al profesor.
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