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((**Es6.465**) el profesor Petitti, ya tomaba notas, ya examinaba los cuadernos. Daban la impresión de que pretendían arrancar de boca de los escolares alguna palabra o dar con un escrito que pudiese interpretarse como contrario al Rey, o a las instituciones libres y que les sirviera de pretexto para acusar a don Bosco de que mandaba impartir una enseñanza dañosa o peligrosa para el Estado. Quisieron examinar todos los libros, preguntaban qué decía don Bosco de la Constitución, del ejército, de Italia. El mismo catecismo les sirvió de pretexto para hacer las más extrañas ((**It6.619**)) y maliciosas preguntas, que llevaron a los muchachos a conclusiones que jamás habían pasado por su mente. Era su intención sorprender qué ideas les insinuaban los superiores o llevarles a afirmar lo contrario de la realidad. Hacemos aquí un pequeño resumen de su interrogatorio. En el primer curso, cuyo maestro era el clérigo Celestino Durando, el caballero Gatti hizo al alumno Ricchiardi estas preguntas de geografía y de los límites de Italia: -Cuántas clases de gobierno monárquico hay? -Dos: gobierno monárquico absoluto y gobierno monárquico constitucional. -Cuál es el mejor de los dos? El pobre muchacho, que oyó aquella pregunta muy superior a sus fuerzas, no sabía qué responder. Diose cuenta de ello Gatti, y como quien ansía oír una expresión contra el gobierno constitucional, le hizo esta insinuación: -No te parece que es mejor el gobierno absoluto, en el cual el Rey hace por sí mismo lo que mejor le parece? Ante tales sugestiones el profesor Durando se creyó obligado a observar a Gatti que aquéllas no eran preguntas para un alumno del primer curso. -Cómo puede pretender, le dijo, de un niño una respuesta adecuada a un problema, que daría que pensar seriamente a una persona provecta y versada en política? Pero el escolarcito, como si le hubiese apuntado un ángel, respondió: -Me parece que cualquier forma de gobierno es buena, si los que mandan son hombres de bien. Aquella respuesta, tan cabal y oportuna, dejó a Gatti y a sus colegas con un palmo de narices y fue el tema de las conversaciones de la Casa, durante mucho tiempo. ((**It6.620**)) Los inspectores preguntaron al profesor si tenía el diploma, (**Es6.465**))
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