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el profesor Petitti, ya tomaba notas, ya examinaba
los cuadernos. Daban la impresión de que
pretendían arrancar de boca de los escolares
alguna palabra o dar con un escrito que pudiese
interpretarse como contrario al Rey, o a las
instituciones libres y que les sirviera de
pretexto para acusar a don Bosco de que mandaba
impartir una enseñanza dañosa o peligrosa para el
Estado.
Quisieron examinar todos los libros,
preguntaban qué decía don Bosco de la
Constitución, del ejército, de Italia. El mismo
catecismo les sirvió de pretexto para hacer las
más extrañas ((**It6.619**)) y
maliciosas preguntas, que llevaron a los muchachos
a conclusiones que jamás habían pasado por su
mente. Era su intención sorprender qué ideas les
insinuaban los superiores o llevarles a afirmar lo
contrario de la realidad.
Hacemos aquí un pequeño resumen de su
interrogatorio.
En el primer curso, cuyo maestro era el clérigo
Celestino Durando, el caballero Gatti hizo al
alumno Ricchiardi estas preguntas de geografía y
de los límites de Italia:
-Cuántas clases de gobierno monárquico hay?
-Dos: gobierno monárquico absoluto y gobierno
monárquico constitucional.
-Cuál es el mejor de los dos?
El pobre muchacho, que oyó aquella pregunta muy
superior a sus fuerzas, no sabía qué responder.
Diose cuenta de ello Gatti, y como quien ansía oír
una expresión contra el gobierno constitucional,
le hizo esta insinuación:
-No te parece que es mejor el gobierno
absoluto, en el cual el Rey hace por sí mismo lo
que mejor le parece?
Ante tales sugestiones el profesor Durando se
creyó obligado a observar a Gatti que aquéllas no
eran preguntas para un alumno del primer curso.
-Cómo puede pretender, le dijo, de un niño una
respuesta adecuada a un problema, que daría que
pensar seriamente a una persona provecta y versada
en política?
Pero el escolarcito, como si le hubiese
apuntado un ángel, respondió:
-Me parece que cualquier forma de gobierno es
buena, si los que mandan son hombres de bien.
Aquella respuesta, tan cabal y oportuna, dejó a
Gatti y a sus colegas con un palmo de narices y
fue el tema de las conversaciones de la Casa,
durante mucho tiempo.
((**It6.620**)) Los
inspectores preguntaron al profesor si tenía el
diploma,
(**Es6.465**))
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